Un código penal que beneficia delincuentes

El proyecto de ley que impulsa el kirchnerismo no agrava las penas para los delitos de corrupción. Además, es contemplativo con los menores y elimina el concepto de “reincidencia”

En el discurso que la presidenta Cristina Fernández dio ayer en el marco de la apertura de las sesiones del Congreso, aseguró que enviará “a la brevedad” al Parlamento el proyecto de reforma del Código Penal, que está en estudio en el Ministerio de Justicia, luego de que recibiera un anteproyecto de la comisión que encabeza el juez de la Suprema Corte Raúl Zaffaroni.

Justamente, este magistrado se caracteriza por estar alineado al kirchnerismo y tener un perfil garantista. Por esta razón, las características principales de las reformas propuestas tienden a beneficiar a los delincuentes, dándole la espalda a dos de los principales problemas por los cuales se queja la sociedad: la corrupción y la inseguridad.

El exdiputado nacional de la Coalición Cívica (CC), el cordobés Juan Carlos Vega, cuestionó el proyecto porque considera que no agrava las penas para los delitos de corrupción. Según declaró: “La corrupción, sobre todo en su modo moderno, carece de castigo legal en Argentina. Hay algunas figuras, como la dádiva, el cohecho, el enriquecimiento ilícito y el prevaricato, pero a los jueces les cuesta aplicarlas y tienen sanciones casi ridículas”.

En ese marco aseguró que la iniciativa del kirchnerismo no contempla este tipo de delitos. “Hoy el robo de un cenicero puede tener seis años de prisión. En cambio, la adulteración de medicamentos para hospitales públicos, mediante sobreprecios por millones de dólares, tiene una pena de multa y excarcelable”, subrayó.

Sin reincidencia

Otro de los puntos polémicos del proyecto es el hecho de que directamente elimina a la reincidencia como agravante de un delito. Sobre este punto, el abogado penalista Christian Poletti explicó a Hoy: “Hay dos modelos de reincidencia a grandes rasgos: la genérica y la específica. La específica es la que se refiere a la persona que comete varias veces el mismo delito, por ejemplo, el violador serial. En este caso la reforma hace agua, porque no trata esta cuestión en especial. Le está faltando un tratamiento específico sobre todo en ese tipo de delitos, porque directamente lo deja sin efecto”.

Además, en el proyecto de reforma del mencionado código, se introduce otro elemento que produce rechazo de distintos sectores: ser menor de 21 años será un atenuante.

“La cuestión de los menores es una cuestión bastante olvidada. Este es un código que directamente no trata al menor delincuente. Yo espero que después de este código exista alguna ley especial referida a los menores y al tratamiento especifico”, afirmó Poletti.

Rebaja generalizada de penas

El proyecto de Código Penal prevé la implementación de siete penas alternativas, las cuales excepto la “prisión domiciliaria”, las restantes son simbólicas y como el control estará a cargo de los jueces y no de organismos de seguridad, a la luz del sistema actual y sus falencias serían incontrolables.

Pero además, estipula la eliminación de la figura de “prisión perpetua”, colocando como tope de pena 30 años, con la consabida baja de pena en delitos como el homicidio agravado, secuestro seguido de muerte, homicidio en ocasión de robo, entre otras.

Si se sanciona este anteproyecto muchos de los hoy condenados a perpetua, entre ellos los de lesa humanidad, podrían estar en condiciones de pedir su libertad por la aplicación de la ley penal más benigna, vía recurso de revisión.

Nuevo ataque al Poder Judicial

La presidenta Cristina Fernández volvió a atacar ayer al Poder Judicial, al afirmar que "no puede ser" que "haya un sector que no lo controla nadie", al tiempo que reclamó a los jueces "ponerle un poco mas de onda" porque tienen "muy buen presupuesto, sueldos y siguen sin pagar impuesto a las ganancias".

"No puede ser que estemos todos controlados y que haya un sector que no lo controla nadie", afirmó la Presidenta al destacar el rol del Consejo de la Magistratura, en tanto volvió a cuestionar a la Justicia porque "cuando se llama a un fiscal, cuando se llama a un juez no te viene nadie" y "no encontrás a un juez o fiscal a las 3 o 4 de la mañana ni por casualidad". "Un poquito de control popular no le viene mal a nadie", remató la primera mandataria.