Yo acuso al juez Kreplak

Yo acuso al juez Ernesto Kreplak.

Varias veces he utilizado esa sentencia, apelando a la fórmula que en el siglo XIX inauguró el escritor Émile Zola para desentrañar las injusticias a las que fue sometido el capitán francés Alfred Dreyfus.  

Una vez más, desde nuestro diario, me toca desenmascarar las espurias intenciones y mentiras con las que algunos pretender dañar el medio que a mis 78 años he vuelto a dirigir.

Es el caso del Dr. Ernesto Kreplak, quien se vale de su digno trabajo como juez para determinar discrecionalmente la suerte de sus investigados. Como si no existiera el Estado de Derecho, como si fuera un rey que con su autoridad monárquica puede determinar la vida de sus súbditos.

En el marco de las investigaciones hacia mi hijo, el Ingeniero Marcelo Balcedo, este juez, que nunca pudo hallar nada en mi contra, ahora está decidido a venir por mí, por la simple “portación de apellido”. Para avanzar, de ese modo, sobre el diario Hoy. No por mi carácter de ciudadana de a pie, sino por mi condición de estar al mando de un medio de comunicación. ¿Podría haber un atentado más flagrante al derecho constitucional a la libertad de expresión?

Hay algo más grave. Kreplak debería excusarse de investigar a mi familia. Todas sus sentencias están viciadas de parcialidad desde que en el año 2015 este diario reveló el escándalo del Plan Qunita, comprometiendo seriamente a su hermano, Nicolás Kreplak, exviceministro de Salud del kirchnerismo. Tal como informamos oportunamente, con la anuencia de Kreplak y funcionarios como el exjefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el anterior Gobierno benefició con millonarias licitaciones a empresas (varias de ellas radicadas en La Plata) que debían construir cunas para recién nacidos en situación de vulnerabilidad, pero destinando los montos a firmas que nada tenían que ver con el rubro. Luego, también se comprobó que el armazón de las cunas era peligroso para la salud del bebé.

Producto de esa investigación y las denuncias de la entonces legisladora porteña Graciela Ocaña, Nicolás Kreplak fue procesado y deberá ir a juicio oral. 

Solo por eso, por haber llevado a tapa las investigaciones contra su hermano, el juez debería haberse excusado de toda causa contra mi familia. Nuestro Código Procesal Civil y Comercial es claro: en su Artículo 30 plantea que todo juez deberá excusarse, entre otros motivos, por “tener contra el recusante enemistad, odio o resentimiento que se manifieste por hechos conocidos” o “por tener el juez o sus consanguíneos o afines […] interés en el pleito o en otro semejante”. Tal es el caso de las denuncias del diario Hoy contra su hermano. 

A esto habría que agregar que mucho antes de asumir en el Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional Nº 3 de La Plata, el nombramiento de Kreplak fue impugnado por la entonces diputada Margarita Stolbizer. Entre otras acusaciones, Stolbizer observó su militancia en la agrupación K Justicia Legítima; “su activa participación […] para borrar huellas del escándalo Ciccone”; su responsabilidad “jerárquica” a la hora de “denegar información de las empresas involucradas con el caso de Lázaro Baez” y lo identificó como “brazo ejecutor del Gobierno (kirchnerista) para manipular el Poder Judicial, […] dispuesto a todo para garantizar los intereses del oficialismo”. 

Sobre el juez, que también está acusado de proteger a represores vinculados al exjefe del Ejército, César Milani, Stolbizer aseguró que fue aportante a las campañas del Frente para la Victoria y por eso, en tiempos del kirchnerismo advirtió que no se evidenciaban en él “las características básicas que debe tener un juez: imparcialidad, honestidad y transparencia”.

Nada cambió con Cambiemos. En Kreplak se refleja una parcial intencionalidad, no para dañar a una familia sino, sobre todo, a medios como el diario Hoy y la Red 92, que nunca fueron genuflexos, que desde su nacimiento han sido el grito en medio del desierto, siempre del lado de los desposeídos y contra la corrupción de los gobiernos de turno.

Hoy, como durante el kirchnerismo, la mano del actual Gobierno parece mover los hilos de un juez K. Sin ningún motivo me enajenan todos mis bienes, me llevan a la asfixia y el ahogo económicos. Con un solo objetivo: cercenar la libertad de quienes denunciamos el robo, las injusticias y la putrefacción en los tres poderes.

Nosotros, lo admitimos, somos parciales: estamos del lado del pueblo. Pero usted, Sr. juez, debe dejar de lado cualquier animosidad, ponerse la venda de la Justicia y actuar sin mirar a quién.

Por Myriam Renée Chávez, viuda de Balcedo