Arrastraron de los pelos a una jubilada durante un brutal robo en Altos de San Lorenzo

Actuó un ladrón, que le sacó cadenitas y anillos de oro y los $900 que tenía para hacer las compras. Es el segundo ilícito que sufre la víctima, de 75 años.

Los delincuentes actuales, a diferencia de otras épocas, poco entienden de códigos. Desde luego, no muestran un gramo de empatía para con la víctima de turno.

Una nueva muestra de eso fue el brutal robo que sufrió ayer a la mañana una abuela platense, que fue sometida por un solitario ladrón en su casa de Altos de San Lorenzo. Además de golpearla, le terminaron sacando lo poco que tenía para los gastos diarios.

Doña Porota, de 75 años, quien ya había sufrido otro ilícito en su morada, se encontraba en el interior de su inmueble ubicado en la esquina de 19 y 80 cuando la sorprendió un malhechor. En diálogo con este multimedio, relató que el hampón ingresó por el mismo lugar que la vez anterior: “La casa está llena de rejas, pero la rompió y entró por ahí”. Casi sin quererlo, comparó ambas entraderas y, si bien sufrió un grave maltrato, detalló: “Ahora me trataron un poquito mejor, relativamente, porque era una sola persona y la vez anterior eran dos”.

En cuanto al botín con el que se alzó el maleante, aseveró que estuvo compuesto por “aros de oro y todas las alianzas y anillos, además del dinero que tenía en efectivo”.
El monto, de “entre $800 y $900, no me acuerdo bien, lo tenía para hacer los mandados, las cosas cotidianas”, se lamentó.

Alarma en vano

Para obtener esas cosas, el criminal no dudó en golpear a la damnificada: “Me agarró de los pelos y me arrastraba de acá para allá. Me agredió, me maltrató. Me llevó hasta el dormitorio para buscar más plata, pero yo no tenia”, puntualizó, sin poder precisar las características de su atacante. “No sé si era joven o viejo, pero sí era alto”, rememoró.

Si bien su hogar cuenta con una alarma, y la misma entró en funcionamiento durante el atraco, “ningún policía vino”, dijo, y añadió: “La alarma sonó bastante porque yo no la de­sactivé. La terminó rompiendo este muchacho (por el ladrón)”.

Consumado el suceso, ya con el responsable en calidad de prófugo, se acercaron agentes de la comisaría Octava, que ahora analizan las cámaras de seguridad del barrio para poder dar con el autor. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición nada se sabía de él.

Noticias Relacionadas