Ocurrió en Villa Elvira. Un galeno, un enfermero y el chofer de la unidad de sanidad fueron atacados a machetazos por un hombre. El móvil de la fuerza llegó mucho después.
Dejaron a los médicos expuestos, no puede ser que llegue primero una ambulancia que la Policía a un hecho, justamente, policial. Pudo haber sido una tragedia, ¿y quién se iba a hacer cargo?”. De esta manera se quejó Marta, una vecina de un sector de Villa Elvira, por el gravísimo suceso que tuvo lugar en su barrio la tarde del domingo, aunque recién trascendió ayer. Allí un hombre fuera de sí atacó a machetazos a una unidad de salud, poniendo en serio peligro a sus trabajadores, quienes debieron alejarse corriendo de la escena.
Un llamado al 911 en donde se indicaba que, al parecer, un hombre estaba atacando a su pareja dentro de un domicilio de 80 bis y 115 bis activó el protocolo y se les dio intervención urgente tanto a un patrullero que depende de la Jefatura Departamental La Plata como a una ambulancia. Aunque resulte ridículo y hasta increíble, llegó primero al lugar el vehículo sanitario. “Es irrisorio, sí, pero con esta Policía ya nada sorprende, si los llamás y nunca vienen o tardan más de una hora. Hacen tiempo para que se vayan los delincuentes y no agarrarlos, así funcionan. Trabajan junto a ellos”, se lamentó otro residente del área.
Lo cierto es que dentro de la ambulancia iba el chofer, un enfermero y un médico, y los tres descendieron para luego acercarse al inmueble en cuestión, pese a que no contaban con apoyo alguno. A pesar de eso, no se imaginaban lo que estaba a punto de ocurrir y que bien pudo haberles quitado la vida.
Enojo por la actitud policial: “Les soltaron la mano a los médicos”
Ni bien se asomaron a la propiedad para ver si había alguna persona herida, fueron recibidos por el individuo que allí reside, quien no les dio la bienvenida precisamente. Por el contrario, les arrojó una taza, que se estrelló contra una pared y se partió, y los amenazó luego con un machete, con el que se les abalanzó.
Los trabajadores, asustados e incrédulos, escaparon del lugar a toda velocidad, y se alejaron hacia una esquina. “Ni pensé en entrar a la ambulancia”, admitió una de las víctimas, consciente de que si lo hacía podía marcar el final de sus días.
El sujeto salió de su casa y fue hasta la camioneta de salud, abrió la puerta del conductor y comenzó a destrozar elementos de adentro con el machete. No conforme, y también con esa arma, golpeó reiteradas veces la puerta, causándole graves daños, mientras uno de los damnificados, desde una prudencial distancia, filmaba la escena con su celular.
Tras el embiste contra la camioneta, regresó a su finca, no sin antes advertir a los gritos: “Sacame esta porquería (por la ambulancia) porque la prendo fuego”.
Para cuando llegó, tarde, el patrullero, la calma que había regresado desapareció de repente, porque la mujer del hombre que atacó a los trabajadores se la agarró con una de las mujeres de la fuerza, a la que le arrojó un ladrillazo, que por milagro no llegó a impactarle. Se sospecha que tanto ella como su concubino estaban bajo los efectos de la droga o el alcohol.
“No podemos creer lo que pasó, sinceramente. No me entra en la cabeza cómo la Policía les soltó la mano a los médicos. Debería haber alguna reprimenda”, finalizó Marta.