Abuso

Estado deberá pagar 10 millones de pesos a dos mujeres abusadas por policías

Las víctimas fueron inducidas y persuadidas bajo amenazas. Por ello, condenaron a siete efectivos.

El Estado Nacional y la Policía Federal Argentina deberán pagarle 10 millones de pesos más intereses a dos mujeres que fueron abusadas por efectivos de esa fuerza cuando eran adolescentes y atravesaban una situación de extrema vulnerabilidad económica y social, informó hoy el Ministerio Público de la Defensa.

Por los hechos, ocurridos entre 2009 y 2011, seis efectivos de la Policía Federal y un agente del Servicio Penitenciario Federal fueron condenados a penas de entre 7 y 16 años de prisión.

Según indicaron fuentes judiciales, los montos ordenados en esta sentencia no registran antecedentes similares y se fijaron “como reparación del daño moral y psicológico sufrido por las víctimas de esta red de abuso y promoción de corrupción de menores de 18 años, que fue organizada por funcionarios públicos”.

Por pedido de la defensoría y en función de la situación de vulnerabilidad y las características de los daños ocasionados a las víctimas, la suma deberá pagarse en el plazo de veinte días desde que la sentencia quede firme.

Además, entre las medidas que solicitó la defensa pública y fueron incluidas en la sentencia, se encuentran el otorgamiento a las víctimas de una beca integral de estudios en instituciones públicas para que culminen tanto su educación secundaria como luego la universitaria o terciaria, o bien cualquier otro curso de capacitación en un oficio.

Esta medida, que apunta a reparar el daño al proyecto de vida de las dos mujeres, incluye la cobertura integral de sus gastos en transporte y material educativo, señalaron.

También como forma de reparación, “el fallo condenó al Estado a implementar y cumplir, en un plazo de ocho meses, programas de capacitación sobre violencia contra las mujeres y perspectiva de género destinados a miembros de la Policía Federal”.

El resarcimiento también prevé los gastos futuros para el tratamiento psicológico de las que hoy son dos jóvenes adultas.

Sobre las pericias psicológicas y psiquiatras sobre las víctimas, la jueza consideró al dictamen como “absolutamente incompletos y desligados de la labor encomendada”.

Además, esas pericias habían sido impugnadas por la Defensoría por no haber sido desarrollados con perspectiva de género.

Los consultores de la defensa sostuvieron que “el daño psíquico se detecta consolidado y es irreversible porque comprometió la identidad de las niñas”.

Entre 2009 y 2011, las víctimas, que “atravesaban una situación económica y socioambiental precaria”, fueron inducidas y persuadidas bajo amenazas por agentes de la Policía Federal a mantener relaciones sexuales con otros agentes de la fuerza y también con personas ajenas a ella.

A partir de esa explotación, las adolescentes recibían dinero y parte de lo obtenido por el ilícito era repartido entre los uniformados.

De acuerdo con lo denunciado por las víctimas y confirmado en la sentencia, los policías se valieron del cargo que ocupaban para amenazarlas y utilizaron todos los elementos a su alcance para cometer el delito como armas de fuego, intercomunicadores y predios a los que únicamente ellos tenían acceso: departamentos, edificios, pensiones, dependencias varias, baños y boleterías de la estación de tren de la línea San Martín, entre otros.