El dueño de una pollajería de City Bell volvió a sufrir un hecho de inseguridad. Delincuentes ingresaron al local y se llevaron dinero en efectivo.
La inseguridad en la zona Norte sigue afectando a vecinos y comerciantes. En las últimas horas, delincuentes volvieron a perpetrar un ilícito en una pollajería de City Bell que ya sufrió casi una decena de estos episodios. Debido a la repetición de los robos, su dueño tuvo que bajar las persianas y ahora evalúa cerrar definitivamente en local e irse del país.
Todo sucedió en un negocio ubicado en 472 y 15, donde un número indeterminado de ladrones rompió la puerta de ingreso y recorrió todos los rincones hasta encontrar lo que buscaba. Según pudo saber Trama Urbana, parte de la recaudación estaba oculta y los hampones la hallaron tras revolver todo lo que se toparon a su paso.
Los malvivientes aprovecharon que la tienda estaba cerrada y en el escruche que ocurrió el pasado miércoles se alzaron con una suma cercana a los $43.000 y otros elementos de valor. Con ese botín se dieron a la fuga y por el momento no hay demasiados datos certeros acerca de los sospechosos.
Esta no es la primera vez que la pollajería sufre un hecho de esta índole, sino que, por el contrario, hubo varios atracos que fueron sucediendo desde que abrieron. El propio damnificado manifestó que, en este último suceso, los maleantes se llevaron “un cargador de teléfono y esta es la tercera vez que nos roban plata, después entraron al local otras seis veces”.
En este sentido, resaltó que por los constantes hechos de inseguridad que sufrieron “tenemos un vidrio roto que no lo cambié porque es muy caro y en otra oportunidad nos sustrajeron un televisor y una pava”. Mientras tanto, en otra de las tantas veces que fueron víctimas, explicó que les destrozaron la puerta de ingreso y se alzaron con un cuchillo que utilizaban para cortar la mercadería.
Evalúan cerrar
En los últimos dos años fueron al menos nueve las veces que los asaltaron y al respecto, harto de la repetición de estos acontecimientos, el comerciante detalló: “El local es mi casa, que da prácticamente con el fondo de la comisaría y ya no hago más denuncias porque trabajo solo y es tan engorroso todo. Sirve solo para las estadísticas, esta vez no la hice y la anterior tampoco porque me cansaron, no tengo ganas de perder tanto tiempo”.
“Otra vez nos robaron un celular en la puerta, estaba el chico que trabajaba conmigo, le pusieron un cuchillo en la cintura y le sacaron el teléfono”, sentenció. Es por ello que, el damnificado evalúa cerrar las puertas de su negocio definitivamente y hasta pensó en irse del país.