Entre otros puntos de La Plata, atacaron en el club de campo La Enriqueta, donde se llevaron secuestrado a un joven. Actuaban de noche y en grupos numerosos .
Hace un año este diario contó en exclusiva lo que fue sin dudas el robo más espectacular y violento registrado en la ciudad. Tuvo lugar en el campo de polo La Enriqueta ubicado en el kilómetro 65 de la ruta 2 y fue protagonizado por una banda de delincuentes, mayores de edad y en extremo violentos. Además de adueñarse de al menos $400.000, 10 armas de fuego entre escopetas y revólveres, 30 cuchillos, tres vehículos, varios adornos de plata y otros objetos de valor y de colección, golpearon de manera feroz a un abuelo y se llevaron secuestrado a un joven, al que liberaron en Berazategui.
Sin embargo, no se trató de un hecho aislado e, incluso, días antes habían cometido otra salvaje entradera en la estancia Santa Teresita del kilómetro 53 de la ruta 52, de donde escaparon con dinero, armas, electrodomésticos y tres autos. Poco después, atacaron en la vivienda de una familia de City Bell, para apropiarse de una camioneta y de $1.850.000.
En las afueras de las metrópolis
Debido a la complejidad de la pesquisa, la UFI 16 de La Plata, al mando de Juan Cruz Condomí Alcorta, le entregó el caso a la Dirección de Investigaciones contra el Crimen Organizado de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Sus detectives comenzaron a trabajar y determinaron que los atracos eran cometidos por “una banda organizada y fuertemente armada que robaba tanto en nuestra ciudad como en Cañuelas, Almirante Brown y Guernica, además de otras áreas cercanas” y siempre bajo un mismo modus operandi. El mismo estaba signado por la “violencia desmedida” y les provocaban a las víctimas “lesiones físicas para someterlas y lograr así la entrega de dinero”, de acuerdo a lo que contó ante Trama Urbana una fuente. Agregó que de los asaltos participaban varios hampones “de buen porte físico, intimidantes y violentos, que hacían inteligencia previa sobre los objetivos, que eran estancias, countries y campos de la zona de La Plata y aledaños”.
Los implicados “portaban prendas similares a la de la Policía bonaerense y también usaban chalecos antibalas, guantes, mascaras, capuchas o pasamontañas”. Gracias a los trabajos de campo, los investigadores llegaron a la conclusión de que los cacos “cometían entraderas en casas ubicadas en las afueras de las metrópolis, donde por la escasez de habitantes podían movilizarse y actuar con libertad sin ser detectados”.
Frondoso prontuario
En la pesquisa se logró la identificación de los implicados, sus apodos y nombres que usaban para comunicarse entre ellos al momentos de los robos. Estos duraban más de una hora, durante la cual “mantenían cautivas a las víctimas”. De la investigación se desprende también que el jefe de la organización era un hombre apodado “Marito”, que cuenta en su haber con varios antecedentes. Se adentró en el mundo del hampa con un atraco en 1997 y hasta el 2021 acumuló otros asaltos, secuestros, hurtos y hasta un homicidio en ocasión de robo.
Con todas las pruebas recolectadas, se solicitaron en las últimas horas 10 órdenes de allanamiento por los delitos de “robo doblemente agravado, privación ilegítima de la libertad y asociación ilícita”. Fueron avaladas y los agentes se dirigieron a seis domicilios de Almirante Brown, a dos de Guernica, a uno de La Matanza y uno de Longchamps, donde detuvieron a tres sospechosos de 21, 29 y 40 años y aprehendieron a otro de 59.
Se incautaron $151.000; una pistola semiautomática .22 con pedido de secuestro de Quilmes; una réplica .9 milímetros; un revólver .38, otro .22 y un tercero .32 largo; una escopeta 16/70; seis municiones .22, otras seis .38, 24 calibre 223, 11 calibre 40 y otras 11 .22; 67 cartuchos calibres 16 y 38; dos vainas servidas .16; dos proyectiles .32L; dos cargadores .22, un chaleco antibalas, una granada de gas, dos handys, tres pares de precintos, un pasamontañas, 13 cuchillos, tres de ellos de carnicero, seis celulares, una tablet y herramientas.
En uno de los registros de Almirante Brown, el hombre que estaba dentro disparó dos veces cuando entró el Grupo Halcón y estos debieron arrojar una bomba de estruendo para reducirlo, sin que se registraran heridos. Fue demorado por “resistencia a la autoridad y tenencia ilegal de arma”.
Más comprometido
Ya en junio del año pasado se habían materializado tres allanamientos en Florencio Varela y Longchamps, donde se capturó a uno de los miembros de la organización, actualmente detenido. De su inmueble se secuestró dinero y diferentes elementos de valor, luego reconocidos por los damnificados. Esta persona, con las nuevas evidencias halladas, se encuentra todavía más comprometida en la causa, al igual que otro integrante que había caído pero por un crimen.