Los padres de Kim estuvieron con los asesinos cara a cara

El padre habló con el de 17, aunque se guardó para sí lo que le dijo. La madre los vio a los ojos, pero no pudo decir nada. “Me la destrozaron, no me puedo olvidar de esas imágenes”, se lamentó.

Trama Urbana

01/03/2025 - 00:00hs

Los padres de Kim Gómez, la pequeña de siete años asesinada por dos salvajes delincuentes en nuestra ciudad, hablaron ayer en la puerta del Juzgado de Menores de La Plata a la espera de saber qué medida toma la jueza con los menores y allí reclamaron que “justicia es que los detenidos paguen”.

Florencia y Marcos presenciaron una de las audiencias contra los apresados y en la puerta del juzgado contaron que pudieron verse cara a cara con el chico de 17 años, quien durante su testimonio no mostró un signo de arrepentimiento ni remordimiento.

“Fue difícil, pero estuvimos. Florencia se la bancó y pudo ver a los asesinos. Al chico de 17 le dije cosas y ahora me siento mejor”, contó el papá ante la multitud de vecinos que lo aplaudían. Aunque no quiso dar detalles sobre cómo fue el encuentro, remarcó: “Me quiero guardar para mí las sensaciones que tuve, feas, malas y hasta buenas”.

“Que sea la última”

Se trató de la primera vez que Florencia habló de manera pública y en medio de un llanto, que conmocionó a todos los participantes, expresó: “Kim no es la primera, pero quiero que sea la última”.

La mujer era quien estaba dentro del vehículo robado por los criminales y vio cómo arrojaron a su hija y arrastraron durante 15 cuadras: “Me la destrozaron, no me puedo olvidar esas imágenes”. Florencia habló sobre el encuentro con el menor de 17 años y manifestó: “Lo vi cara a cara, no le dije nada, pero lo miré. Justicia es que paguen”.

Ambos sostienen que es necesario que, a partir del caso de su hija, se hagan cambios profundos para “que no vuelva a pasar”. Marcos remarcó: “Hoy me encuentro vacío, siento que tengo que hacer algo por mi hija, para que no quede en vano. Me daría orgullo decir: Ah, mira, este cambio fue por Kim, eso me daría paz”.

Asimismo, añadió: “Lo difícil ahora es llegar a casa, pasar por la escuela. Ya no vamos a ir a buscarla a las actividades, queríamos que ella sueñe en grande. A los adultos responsables, piensen que nos arruinan, no puedo entender el desamor, pidan ayuda si no pueden con sus hijos”.

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