Mujer policía hirió de bala a su novio y se suicidó con un tiro en la cabeza
El hecho se produjo en una finca situada en calle Bahía Blanca al 1300.
Por su parte, la madre del bebé asesinado, al ser menor, no está presa, aunque quedó bajo la supervisión de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de menores.
10/07/2024 - 00:00hs
Semanas atrás, un desgarrador hecho conmocionó a la ciudad, cuando se conoció la noticia de que un bebé de tan solo dos meses fue asesinado de una brutal golpiza. El principal acusado de este crimen atroz es su propio padre, identificado como L. M., quien se encuentra bajo prisión preventiva mientras espera enfrentar un juicio por este terrible suceso.
El drama comenzó el 1° de junio, cuando L. M. llevó precipitadamente a su hijo Mateo al hospital Gutiérrez, ubicado en las cercanías del barrio humilde de El Mercadito. Según sus declaraciones iniciales, el bebé se había atragantado con la mamadera, una versión que pronto sería desmentida por los médicos de urgencias al descubrir signos evidentes de maltrato físico severo.
Los médicos de turno encontraron a Mateo inconsciente y gravemente herido, por lo que decidieron trasladarlo de inmediato al Hospital de Niños Sor María Ludovica, donde los especialistas lucharon por su vida durante horas. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, y el pequeño falleció al día siguiente.
La autopsia realizada arrojó resultados devastadores: múltiples fracturas en el cráneo y costillas, junto con numerosos hematomas por todo su frágil cuerpo. Estas lesiones, según fuentes judiciales, indicaban no solo un episodio de maltrato agudo, sino que el bebé había sido víctima de violencia desde los primeros días de vida.
Con base en estos hallazgos, la fiscalía a cargo de Juan Menucci ordenó la detención inmediata de L. M. El operativo policial también involucró a otros familiares cercanos, aunque posteriormente el abuelo y el tío del bebé fueron liberados, manteniéndose el foco de la investigación en el padre del niño.
La madre de Mateo, de tan solo 17 años, fue identificada pero no detenida, quedando bajo la supervisión de la Unidad Funcional de Instrucción de menores. Mientras tanto, la comunidad de Tolosa y más allá se encuentra consternada por la tragedia que ha sacudido sus cimientos, levantando interrogantes sobre la protección de los más vulnerables y el rol de las autoridades en la prevención del maltrato infantil.