Se entregó el cura Sidders y declaró ante la justicia
Está acusado de abusar sexualmente de una alumna en un colegio privado de La Plata
Luego de que el juez de la causa pidiera su detención, durante el mediodía de ayer, se entregó a la justicia Raul Sidders, el sacerdote de 60 años que está acusado de haber abusado sexualmente de una alumna en una escuela privada de nuestra ciudad. De esta forma, quedó a disposición de la fiscalía y será indagado en las próximas horas.
Sidders estuvo prófugo durante 24 horas, luego de que el magistrado Agustín Crispo ordenara su captura por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración en el tiempo y circunstancias de realización doblemente agravado. El clérigo había sido denunciado por una alumna del Colegio San Vicente de Paul, quien sostuvo que fue su víctima entre el 2004 y el 2008, cuando tenía entre 11 y 14 años y asistía al establecimiento.
Según detallaron las fuentes judiciales, un equipo de la DDI de La Plata se dirigió a detenerlo al domicilio que había revelado en la localidad bonaerense de Bella Vista, pero no fue encontrado, por lo que se creía que iba a intentar regresar a la provincia de Misiones, donde había sido enviado al conocerse el caso.
Finalmente, el sacerdote que por los alumnos del establecimiento educativo era apodado en secreto “el frasquito”, porque los obligaba a masturbarse para guardarse su semen en un frasco, se presentó durante el mediodía en la fiscalía y se entregó ante la justicia, esperado la indagatoria que se realizará en las próximas horas ante la UFI N° 1 de Álvaro Garganta.
Según consta en el pedido de detención por parte del juez, el cura abusó de la menor cuando tenía apenas 11 años, “a quien hacía colocar sus manos en los bolsillos de la sotana y sentir su pene erecto, situaciones que acaecía en el patio de la institución y durante los recreos, que provocó un grave daño en la salud mental de la niña”.
Por otro lado, el fiscal precisó en su escrito que Sidders, cuando se encontraba con la víctima “en las habituales ocasiones en las que recibía el sacramento de confesión, corrompió a la menor mediante explicaciones personalísimas sobre cómo masturbarse, realizar sexo oral y mantener relaciones sexuales con acceso carnal con su novio”.