Un niño de tres años en grave estado tras electrocutarse en Gorina
Estaba con su madre, limpiando una pileta, cuando recibió una descarga al apoyarse contra una columna. Llegó inconsciente y en estado crítico al hospital de Gonnet.
Un niño pelea por su vida luego de haber sufrido un accidente doméstico en su domicilio de nuestra ciudad, informaron en las últimas horas fuentes policiales y judiciales consultadas por este multimedio.
De acuerdo a los voceros, el lamentable incidente se registró este lunes en una casa emplazada en las calles 486 entre 135 y 136 del barrio de Gorina, donde se encontraba la víctima, de tan solo tres años, junto a su madre y a su abuela, de 54. Según refirió esta última mujer, el nene estaba con su progenitora, quien limpiaba una pileta. Entonces, el chico se apoyó en una columna y de inmediato recibió una brutal descarga eléctrica, que lo tumbó, inconsciente.
De inmediato un llamado al servicio de emergencias 911 alertó al personal de la fuerza pero, debido a la extrema tardanza de la ambulancia, los familiares resolvieron trasladar al damnificado en un coche particular y a toda velocidad hasta un centro médico.
Por proximidad lo llevaron hasta el hospital San Roque de Gonnet, donde fue asistido por el personal de la guardia. Allí los galenos determinaron que se encontraba en peligro y su vida estaba en riesgo. Como primera medida, le realizaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar, hasta que lo estabilizaron.
Barrio conmocionado
Poco después lo derivaron al área de terapia intensiva, donde quedó alojado y allí permanecía hasta el cierre de la presente edición.
Debido al tenor de lo sucedido, se le dio intervención a la Unidad Funcional de Instrucción en turno, donde se abrió una causa caratulada, por el momento, como “lesiones por accidente”.
En tanto, peritos de la Policía Científica se apersonaron a la escena, donde llevaron a cabo las tareas de rigor con el fin de determinar, en la medida de lo posible, cómo sucedieron los hechos. Por su parte, también trabajaron en el lugar los agentes de la subcomisaría de la zona.
En el barrio se vivieron momentos de extrema tensión y angustia, y los vecinos no podían creer lo que había ocurrido, mientras que rezaban por la recuperación del menor.