“Viví la pelea con taquicardia”

Jerónimo, papá de Santiago, atendió a este medio en su casa de Tolosa, un barrio convulsionado por la mejor victoria del platense en UFC

Los valores en la vida se transmiten. Cuando uno habla con Jerónimo Ponzinibbio entiende por qué Santiago es así: humilde, respetuoso, atento y cordial, esencia que tuvo en las entrevistas el mejor exponente de nuestro país en las artes marciales. Así también recibió su papá a este medio en la tarde posterior al mejor triunfo de su hijo en la UFC, luego de noquear al islandés Gunnar Nelson en 82 segundos. 

En su casa de Tolosa, un barrio convulsionado por semejante éxito del “Rasta” (así se lo conoce a Santiago), quien ahora quedará dentro del Top Ten mundial de su categoría welter, Jerónimo repasó lo acontecido el domingo, cuando su hijo logró el mayor éxito de su carrera. 

—¿Cómo viviste la previa de la pelea?

—Desde que Santi me avisó que iba a afrontar la pelea, empecé a palpitarla y a ponerme nervioso como padre. Gracias a las nuevas tecnologías, nos hablamos con frecuencia, así que me fue comunicando todo lo que acontecía en las semanas previas.

—¿Sufriste?

—Viví la pelea con taquicardia y muy preocupado porque había escuchado en el comentario que el rival le había roto el brazo a un contrincante. Me da mucha alegría que gane, pero para mí lo más importante es que no lo lastimen. 

—¿Con quién la viste?

—La pelea la viví en contacto permanente con mis otros hijos (Joaquín y Pablo), que la vieron con su mamá, porque estamos separados. Quería que estuvieran con ella para contenerla; yo lo hice con amigos y gente muy allegada, también como mi hermana y mi mamá, con quienes obviamente nos emocionamos cuando terminó de pelear Santi. 

—¿Te gratifica como padre ver lo que logró?

—Es todo mérito suyo, hizo un gran esfuerzo yéndose a Brasil. Nosotros lo intentamos ayudar con lo que se podía, pero no quería. Es un chico muy independiente, autónomo y buscavidas. Se fue de vacaciones aquella vez y no volvió más (risas). Quería aprender jiu-jitsu, porque el nivel era mejor que en la Argentina. Después de ganar el reality que realizó la UFC, empezó a incursionar en ese mundo, después de haber sido contratado por la organización. Igual se banca todo. Se paga su gimnasio en Florida y ha sustentado sus viajes a distintas peleas. Hace todo a pulmón y se merece lo que está viviendo. Acá la UFC no ha trascendido mucho. Si fuera básquet o tenis, Santiago sería una estrella del deporte.

—¿Conocías el mundo de la UFC?

—Sinceramente, no. Las artes marciales mixtas las conocí cuando Santi empezó a pelear. De muy chico hice judo, y me gustaba mucho, seguramente Santi sacó algo de mí (risas).

La infancia, Los Pumas, Gimnasia y más

De chiquito, su papá sabía que Santiago iba a trascender por su ambición. “Siempre fue hiperactivo. Le gustaban los deportes y no paraba un segundo. Hizo básquet, rugby en La Plata, y me decían que iba a ser jugador de Los Pumas, pero dejó. Después hizo muay thai hasta que se fue a Brasil, porque sabía que acá ya había llegado a su techo”, contó Jerónimo.

Santi no es muy amante del fútbol, pero “es hincha de Gimnasia por herencia”. “De pequeño iba a Nuestra Señora del Valle y la mamá de los Barros Schelotto era la secretaria. Una vez, le dijo que se cambiara los pantalones porque estaban rotos. Él, aprovechando la ocasión, le pidió algo de los Mellizos. Ella se lo consiguió. Siempre lo quiso a Santiago”, relató Ponzinibbio mayor.