Más de 15.000 almas en Santiago y millones en todo el país alentaron al Pincha

Diario Hoy en Santiago del Estero

Enviado especial Juan Pablo Ferrari

Muchas veces el deporte, y especialmente el fútbol, se sobrepone a cualquier contratiempo económico o de salud con tal de cumplir con un objetivo. Esto fue lo que ocurrió ayer con otra majestuosa movilización de hinchas de Estudiantes que desde la tarde del sábado invadieron las rutas del centro del país y tiñeron de rojo y blanco las tribunas del estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero.

Desde el sábado al mediodía los hinchas comenzaron a juntarse en distintos puntos de la región, empezando por Villa Catella, en donde los más caracterizados de Los Leales salieron en cinco colectivos a Santiago del Estero.

Tal como estaba coordinado, otros más de 100 colectivos se sumaron en Ruta 6 y 44 y desde allí partieron rumbo a Santa Fe, luego Córdoba y más tarde Santiago del Estero.

El viaje se desarrolló con mucha más tranquilidad que lo que había pasado en el partido de semifinales contra Boca en Córdoba, a pesar de que los fanáticos de La Plata los mandaron a recorrer un tramo de la ruta 8 desviando el trayecto por Santa Fe, pasando por Venado Tuerto antes de entrar a Córdoba.

Ese lapso del recorrido se hizo mayormente durante la madrugada, en donde más de 8 mil personas se movilizaron por las rutas en la interminable caravana de colectivos.

Apenas hubo dos requisas que no demoraron más de 15 minutos el trayecto y los fanáticos llegaron a ­Santiago del Estero cerca de las 10 de la mañana.

Allí fueron alojados en un camping en donde se encontraron con otros seguidores que ya estaban en la provincia del centro del país.

Los platenses que viajaron en auto o en avión se juntaron en la plaza Libertad, la principal de la ciudad en donde se jugó la final de la Copa de la Liga. Allí se pudo ver a otros socios caracterizados que formaron parte en algún momento de la dirigencia del club, como el juz penal de La Plata Claudio Bernard o César Liberatore, entre otros.

También un grupo de jóvenes que llegó en avión desde Tolosa hizo la previa en este lugar y luego recorrieron unas diez cuadras hasta llegar a la cancha.

En las dos peatonales de la ciudad llamaron la atención los precios de la ropa que se mostraba en las vidrieras, mucho más barata que en cualquier comercio de La Plata. Sin embargo, para la mala fortuna de los pudientes, la mayoría de los locales estaban cerrados y no faltaron los que se quejaron con las ganas de gastar algunos pesitos que habían cobrado entre el viernes y el sábado.

En líneas generales, el pueblo santiagueño se mostró ameno con los hinchas de Estudiantes y de Vélez y todo se desarrolló en el marco de una gran fiesta.