Investigadores del Conicet

Científicos platenses avanzan en la detección temprana del Parkinson

Un equipo de investigadores del Conicet estudia el origen de las diversas causas y secuelas relacionadas con este trastorno neurodegenerativo del movimiento

Comprender el origen de las diversas causas y secuelas relacionadas con la enfermedad de Parkinson desvela, por estos días, a científicos del mundo.

Se sabe que algunas mutaciones genéticas hereditarias contribuyen a la aparición de este trastorno neurodegenerativo del movimiento, que no tiene un solo causante, sino varios y que, a su vez, configura circunstancias muy variables en cada paciente: la edad de los primeros síntomas clínicos detectables, la rapidez con que progresa, la respuesta a los tratamientos, entre otros.

Hoy, el investigador asistente del Conicet en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de  La Plata, Lisandro Falomir Lockhart, tiene como objetivo “identificar qué es lo que desencadena la enfermedad en determinado momento de la vida. Conociendo ese primer paso, podremos buscar, ya no maneras de enmascarar los síntomas como hacen los fármacos actuales, sino de evitar que aparezcan”, explicó.

Concretamente, el equipo de trabajo que dirige Falomir Lockhart se concentra en el estudio de una proteína llamada alfa-sinucleína, implicada tanto en el Parkinson como en otras enfermedades neurodegenerativas.

Pero, según precisó el experto, al analizar muestras de pacientes se ha observado que menos del 5% presenta una mutación en el gen que codifica para esa proteína: “Hay seis alteraciones puntuales de alfa-sinucleína asociadas a la enfermedad. Pero la enorme mayoría de los casos no tiene ninguna; la molécula es completamente normal hasta que de repente adopta una función tóxica y empieza a acumularse dentro de la célula. La gran incógnita es qué ocurre para que suceda esto”, señaló. Aunque deslizó que puede deberse a “alguna modificación por influencia del entorno”.

En este sentido, la hipótesis del investigador es que la ganancia de la función tóxica por parte de alfa-sinucleína podría estar asociada a una condición de “estrés oxidativo”, es decir, un desequilibrio en las reacciones químicas de las células que, “si bien se da naturalmente con el envejecimiento, en algunas personas puede aparecer con enfermedades neurodegenerativas entre los “20 o 30 años”.

Para lograr identificar cuáles son las modificaciones que afectan la alfa-sinucleína, el equipo de investigación está probando distintas variables, modificando químicamente sus aminoácidos.

Falomir Lockhart avanzó con estas investigaciones en un prestigioso laboratorio de Alemania, donde gran parte de los experimentos se realizaban con células derivadas de pacientes. Ahora, lo hace con proteínas aisladas generadas a partir de bacterias, lo cual les permite obtener una gran cantidad y analizar en un tubo de ensayo cómo cambia su funcionamiento en respuesta a las modificaciones a las que las van sometiendo.

El objetivo final, resumió el investigador, es posibilitar la detección temprana del Parkinson, “incluso antes de que aparezcan manifestaciones clínicas, y así habilitar nuevas estrategias para combatirlo”. 

En tanto, espera que los resultados de su estudio “no queden en el laboratorio y puedan ser aprovechados por toda la sociedad”, sostuvo.

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