Una sola llamarada solar podría arrasar con la Tierra

Investigadores afirman que otras estrellas con un campo magnético similar al de la nuestra ya han lanzado superdestellos

El Sol produce erupciones capaces de desbaratar las comunicaciones por radio y las fuentes de energía en la Tierra. Pero ¿podría emitir superllamaradas devastadoras como sí lo hacen otras estrellas, tan potentes como para causar grandes daños en nuestro planeta? Un equipo internacional de investigadores dirigido por Christoffer Karoff, de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, cree que un evento tan extremo es poco probable, pero no imposible. 

La mayor erupción solar observada se llevó a cabo en septiembre de 1859, cuando cantidades gigantescas de plasma caliente de nuestra estrella vecina golpearon la Tierra. El 1 de septiembre de ese año, los astrónomos observaron cómo una de las manchas oscuras en la superficie del Sol se iluminó de pronto y brilló sobre la superficie solar. Este fenómeno no se había observado antes y nadie sabía lo que estaba por venir. En la mañana del 2 de septiembre, las primeras partículas de lo que ahora sabemos fue una enorme erupción en el Sol alcanzaron la Tierra.

Probabilidades actuales

El cosmos, sin embargo, contiene otras estrellas y algunas de ellas experimentan periódicamente erupciones que pueden ser hasta 10.000 veces más grandes que este evento.

“Ciertamente no esperábamos encontrar estrellas con superllamaradas con campos magnéticos tan débiles como los campos magnéticos en el Sol. Esto abre la posibilidad de que el Sol podría generar una superllamarada, un pensamiento muy alarmante”, explica Christoffer Karoff.

Si una erupción de este tamaño atacase la Tierra hoy, tendría consecuencias devastadoras. No sólo para todos los equipos electrónicos que utiliza la humanidad, sino también para nuestra atmósfera y, por lo tanto, para la capacidad de nuestro planeta para sustentar la vida.

El telescopio Guo Shou Jing, o LAMOST como también se le llama (en imagen), está optimizado para obtener espectros de hasta 4.000 estrellas simultáneamente, ya que 4.000 fibras ópticas están conectadas al telescopio. Esto hace que sea posible la observación de 100.000 estrellas en sólo unas pocas semanas y es esta capacidad especial la que ha hecho posible la generación de los nuevos resultados.