32º y contando: sin respuestas, nos queda rezar

El gobierno no ofrece soluciones a los cortes de energía, que se repiten año a año por la falta de inversiones. Capitanich dijo que con estas temperaturas “el sistema entra en tensión”. Ola de calor, ineptitud y desidia en un verano caliente

Si no hay trenes no hay tragedias, si no llueve no nos inundamos, y si no hace calor, no tenemos problemas. Esa parece ser la lógica de un gobierno que hizo de la improvisación una forma de gestión, y de Jorge Capitanich, quien encontró en el clima la suma de todos nuestros males. 

Ayer, su habitual verborragia lo llevó a excusarse por los continuos cortes de luz que sufren, desde hace días, los bonaerenses, señalando que “cuando la temperatura supera los 32 grados promedio, el sistema (eléctrico) entra en tensión”. ¿Qué tan raro son 32º en verano? Todos los años las temperaturas de diciembre nos hacen extrañar agosto, y todos los años la situación es la misma. El sistema no entra en tensión, estalla por los aires, volviéndolo irrespirable, y la tensión, si, se siente en la calle, en la gente. De la desidia de las autoridades a la molestia y el hartazgo de los usuario. 

Lo sabemos los platenses, pero el problema no es sólo en la provincia de Buenos Aires: la ola de calor recorre todo el país, y la falta de inversiones del gobierno nacional ha sido la más federal de sus políticas, aunque es cierto que los grandes centros urbanos están sintiendo con especial fuerza los problemas en los servicios de agua y luz. 

Siglo XXI, año 2013. Creímos superar la dicotomía civilización o barbarie, pero las necesidades más básicas no son garantizadas y ante la falta de respuestas, el gobierno dice, como dijo ayer Capitanich, que  los cortes en las distintas zonas del país “dependen de las tormentas y los cambios de clima”. Tan poco hemos avanzado en la “década ganada”, que las autoridades siguen echando culpas. Al calor, a la suerte o a las empresas privadas, y la gente, en el medio, sigue acumulando tensión.  

"Es responsabilidad de la empresa privada la debida distribución del servicio, y son ellos quienes deben evitar los riesgos de la atomización en la demanda", justificó el ahora omnipresente funcionario K, y se lavó las manos. Finalmente, como única medida, estimó sanciones: “el marco regulatorio determina la posibilidad de medidas de sanción, y eso tiene que ver con la verificación de porqué se produjeron las fallas y eso lo evalúa el ente correspondiente". Que otra cosa sino correr detrás de los problemas. 

La perlita

Como cuando se murieron 51 argentinos por la desidia en Once, y Cristina nos dijo que ocurrió porque “ahora los trenes van llenos porque hay trabajo”, ahora Jorge Capitaniche aseguró que sufrimos el calor sin servicios de electricidad o agua potable porque “la demanda energética crece porque más argentinos han accedido a empleo”, y claro, “a más bienes durables, como aires acondicionado”, lo que supone un mayor consumo.

La cuenta es clara, pero denota una falla estructural del modelo: la demanda está impulsada por los aires acondicionados, y no por la industria, motor del desarrollo y generador de riqueza y empleo. Es decir, que lo que hace que el sistema “entre en tensión” es que doña Rosa tenga un Split en el living. Tan frágil es la línea entre década ganada y crisis, como la calma aparente de un diciembre caliente. 

Las zonas afectadas y cortes puntuales en La Plata

Si bien los cortes de electricidad han sido una constante en todo el país durante los últimos días, desde Edelap aseguraron ayer a nuestro diario que “la empresa está operando con normalidad”, y al cierre de esta edición, sólo existían “inconvenientes puntuales en fases de la red domiciliaria en algunos puntos del casco urbano”, es decir, que se encuentran con el servicio afectado sólo uno de cada tres clientes de la zona de 43 y 5; 67 y 119; y 18 y 36. 

Según informaron desde la compañía, el servicio estaba pronto a restablecerse.