Argentina salió del default

Después de más de 14 años, el país dejó atrás la cesación de pagos al pagarle a los holdouts 9.300 millones de dólares. El juez Thomas Griesa levantó las cautelares y dictó el fin del embargo sobre el Estado nacional. ¿Qué economía nos depara de aquí en adelante?. La opinión de los especialistas

Cautelar levantada. Basta de ataduras. Basta de cepos. Chau Default. Arranca una nueva etapa. Los argentinos, listos para emprender y crecer”, afirmó ayer a través de las redes sociales el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, a la hora de anunciar el pago de 9.300 millones de dólares a los fondos buitre tras una disputa judicial de más de 14 años.

Desde el momento en que Argentina declaró el default en diciembre de 2001 hasta ayer, el país pasó por seis presidentes y dos canjes de deuda planteados por el kirchnerismo (2005 y 2010) con un 93% de los acreedores que ingresaron a los mismos, y con el 7% restante que se encontraban litigando en los Tribunales de Nueva York y que luego de una interminable negociación, se les pagó en efectivo

Desde el Palacio de Hacienda exhiben el acuerdo alcanzado con los holdouts como un enorme logro de la gestión Cambiemos, lo que le permitió a la Argentina reducir en 27% el capital y en 40% el monto de los intereses y los punitorios respecto del fallo original del juez neoyorkino Thomas Griesa.  Esto llevó a que Prat-Gay y su equipo expresaran que el levantamiento de las cautelares "permitirá la liberación del pago de los cupones adeudados a los tenedores de bonos del canje 2005 y 2010, que se materializará dentro de las próximas tres semanas", y que a los 9.300 millones ya pagados se le agregarán unos 1.200 millones más elevando la cifra final a 10.500 millones.

Ahora bien, más allá de la euforia oficial, existe muchas dudas respecto a cómo te utilizará el financiamiento. ¿Volverá la bicleta financiera o se destinarán los fondos del exterior a grandes obras de infraestructura?

Acceso al financiamiento

La salida del default le permitirá al país acceder a financiamiento externo. El gobierno había colocado bonos a principio de semana por 16.500 millones de dólares, de los cuales 9.300 millones se usaron para pagarle a los holdouts, mientras que los U$S 7.200 millones restantes entrarán al Banco Central y una parte servirá para abonarle a los bonistas reestructurados que mantienen unos U$S 3 mil millones más congelados en Argentina.

El reflejo de esta acción se vio enseguida con las calificadoras de riesgo que le mejoraron la nota al país, a varias provincias y a varias empresas.  En diálogo con Hoy, el profesor en la Universidad Católica Argentina (UCA), Fausto Spotorno, señaló que “esto es una noticia muy buena para la Argentina y su economía. Esto significa un alivio porque habilita a partir de ahora que cualquier empresa o proyecto que se haga desde el Estado, a que puedan financiarse a tasas internacionales sin que tengan que poner garantías enormes para lograr dicho financiamiento”.

Según el Director del Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres & Asociados, “nuestro país logra financiamiento externo, pero esto no te garantiza más trabajo ni posibilidades más certeras de luchar contra la inflación, ni nada de eso”.

“Salir del default o poder colocar deuda, no genera crecimiento instantáneo, no es el delantero de un equipo de fútbol, sino que es como el arquero, que evita que te hagan más goles y en la economía evita males mayores a los que se pueden llegar a vivir en caso de no tenerlo”, destacó Spotorno.

Una nueva etapa en la economía argentina que se abre a partir de ayer, con la posibilidad de regresar de lleno al mercado internacional, que puede posibilitarle al gobierno de Mauricio Macri mayor capacidad de movimiento para llevar a delante las reformas políticas, sociales y económicas que planteó en campaña, y que por el momento no ha podido cumplir

“Si el dinero no es para obras, se volverá a lo mismo de antes” 

Por Agustín Etchebarne (*)

Especial para Hoy

El gobierno con Alfonso Prat-Gay a la cabeza ha reformulado las políticas fracasadas que efectuó el kirchnerismo en la negociación con los holdouts, logrando un acuerdo que nadie creía posible hace unos meses atrás, y con una colocación de deuda con una tasa mucho menor a la esperada.

Hay entusiasmo por la Argentina entre los inversores internacionales por el cambio de rumbo en el país. A pesar de eso, el 2016 va a ser un año difícil, porque hay que estar haciendo el ajuste que dejó la herencia recibida por los K. 

Arreglar con los buitres y volver al mercado internacional de crédito es bueno, pero si se usa la nueva deuda para pagar la deuda anterior y no para hacer las obras de infraestructura que se necesitan, es volver a lo mismo de antes y se puede terminar muy mal.

Argentina tiene buenas posibilidades a largo plazo, no a corto plazo, donde se pueden dar las condiciones para desarrollar la minería, la industria, y también tenemos los recursos naturales, humanos y tecnológicos para poder salir adelante. 

(*) Profesor en la Universidad de Belgrano

“Al gobierno le falta una política económica global”

Por Roberto Dvoskin (*)

Especial para Hoy

Un país no puede crecer sin crédito, ya que en el mundo capitalista el crédito es central para que la sociedad pueda avanzar. La Argentina debía solucionar este largo litigio con los holdouts, y el gobierno lo hizo y eso es un golpe de timón con respecto a lo que se venía dando con anterioridad. 

Si bien la noticia de salir del default es positiva, lo que le falta al gobierno es una política económica global, ¿cuál es el plan del gobierno?, por ahora son medidas aisladas que han beneficiado a un sector específico de la sociedad, y todavía no sabemos cuáles son las políticas para que ese beneficio llegue hasta la totalidad de la sociedad.

Si la deuda que se tome a partir de ahora se destina al gasto corriente y no a mejorar la inversión productiva, terminamos no pudiendo pagar esa deuda y las consecuencias pueden ser carísimas; pero si esa deuda va para construir caminos, para mejorar los hospitales y escuelas, para mejorar la calidad de vida de la gente, entonces es factible que el país ande mejor.

(*) Profesor en la Universidad de San Andrés

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