Tomada: en casa de herrero…

El funcionario tercerizó un área estratégica del Ministerio de Trabajo pagándole 3 millones de dólares a una empresa privada y desplazando a empleados altamente calificados del organismo. Denuncian flexibilización, persecución y violencia laboral

"El trabajo digno, empieza por casa” reza una consigna de los empleados del Ministerio de Trabajo de la Nación, que en los últimos años han visto avanzar la flexibilización laboral en sus propias narices.

Mientras la presidenta anunció a mediados del mes pasado el envío al Congreso de un proyecto de ley para reducir el trabajo informal, del que son víctimas no menos del 35% de los asalariados, es su propio Gobierno el que, en la cartera que conduce Carlos Tomada, da el peor de los ejemplos de flexibilización laboral.

El funcionario tercerizó el área de sistemas que desde hace 15 años funciona en el Ministerio y cuenta con 44 profesionales que han desarrollado los programas informáticos más importantes que utiliza el organismo. Los trabajadores denuncian que hubo presiones para desplazarlos y dejar el terreno libre para la entrada de las polémicas compañías.

“Resulta escandalosa la situación que vivimos, no sólo por los montos millonarios de las contrataciones en curso, sino también por las sostenidas prácticas de violencia laboral que están sufriendo los trabajadores, teniendo en cuenta que todo esto ocurre precisamente en el Ministerio de Trabajo”, señaló a Hoy Sebastián Scarano, empleado de dicha cartera y delegado gremial.

La era del despilfarro

“En 2011 el Ministerio contrató una consultora por 1.500.000 dólares para que desarrolle sistemas, o sea, para hacer nuestro trabajo. En 2013 se hizo una nueva licitación, por el doble de horas de desarrollo, y esta vez fue por 3 millones de dólares”, explicó Scarano.

A su vez, agregó: “lo que hicieron fue un cambio en la estructura; a todos los profesionales del área de sistemas se nos bajó la categoría,  y nos pusieron a trabajar bajo las órdenes de una persona que trabajó durante veinte años para esa consultora”.
Scarano se refiere a Rubén Martínez, quien ha trabajado durante más de 15 años para GLD Consultores SRL, casualmente la empresa de software a la que Tomada le pagó la mencionada fortuna.

Además, el Ministro contrató a la empresa Olivia Consultoría para formar la “Oficina del Cambio”, que al mando de expertos en “coaching” y en “violencia laboral” intentan convencer a los trabajadores de los beneficios del cambio, al mismo tiempo que buscan aislar a aquéllos que están dispuestos a defender sus puestos de trabajo y su trayectoria en el sector.

Una cátedra de precarización laboral

El Ministerio de Trabajo conducido por el kirchnerista Carlos Tomada está dando una cátedra de precarización laboral propia de épocas neoliberales. “Desde que empezamos a protestar porque no queríamos permitir que pase esto, existieron una serie de prácticas de violencia laboral para que la gente renuncie y se vaya del trabajo. Un compañero ya renunció, hay otra compañera que después de 19 años de trabajar en el Ministerio se pidió el pase a otro organismo, otro compañero pidió salir del área de sistemas y otros han tenido que pedir licencias”, detalló Sebastián Scarano, empleado de dicha cartera.

Contando con personal capacitado y con años de probada trayectoria, el Ministerio de Trabajo decidió desmantelar los históricos equipos de trabajo, dejando a sus líderes sin gente a cargo, mientras decide contratar consultores a 25 dólares la hora, esto es 4 mil dólares por mes, cuando un profesional del escalafón SINEP, con años de trayectoria y responsabilidades de funcionario público, en muchos casos no llega a cobrar ni una cuarta parte de esa cifra.

Por esa razón, este jueves los trabajadores de la Dirección de Sistemas llevarán adelante una protesta en las puertas del Ministerio, en la cual denunciarán la tercerización del área, las prácticas sistemáticas de violencia laboral y el traslado compulsivo de seis trabajadores.

Información estratégica en manos privadas

Si bien el Estado está obligado legalmente a proteger la información de sus ciudadanos, no pareciera ser algo que le preocupe demasiado al Ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
Con la tercerización del área de sistemas el funcionario puso en manos privadas datos extremadamente sensibles de la población, que por un lado pueden ser vendidos en jugosas cifras a consultoras y empresas para análisis de marketing y por otro propician negociados con empresas que buscan fraguar información sobre condiciones laborales.
“Acá hay un perjuicio no sólo para los trabajadores si no para los servicios que brinda el Ministerio. Hay información sensible como es el detalle de todos los empresarios infractores por tener trabajo en negro; o datos de todos los beneficiarios de planes sociales y programas de empleo y capacitación; o documentación sobre todas negociaciones colectivas de trabajo”, explicó a Hoy uno de los trabajadores del organismo, Sebastián Scarano.