Un Estudiantes iluminado en goles y con los planetas alineados se terminó quedando con una goleada, que le permite consolidarse en lo más alto de la tabla de la Zona 2.
Por Daniel “Profe” Córdoba
El director técnico de Estudiantes había perdido a Muñoz para seguir marcando con línea de cinco y no le convencía poner a otro jugador para esta ocasión. Tenía que enfrentar a Barracas Central de visitante. Así, inventó otra estrategia.
Después de haber empatado en Uruguay contra Nacional, armó un sistema con un dibujo táctico 4-4-1-1.
Le jugó a favor el gol tempranero que rompió todos los planes de Barracas. Y también cada error de los defensores del rival de turno.
Ya a los 35 minutos del primer tiempo, el Pincha estaba ganando 4-1 en un resultado poco pensado en la previa.
Barracas descontó por un rebote luego de otro penal que contuvo Andújar (como en Uruguay) y a instancias del VAR se fue expulsado Más antes de que terminara el primer tiempo.
En la segunda parte, con diez jugadores en cancha, el Pincha se paró con un 5-3-1 y hasta los 20 minutos del complemento ninguno de los dos llegó con claridad.
Ni Estudiantes llegaba al quinto gol ni tampoco Barracas a descontar. Después llegó otro penal que concretó Díaz y una definición de Orozco que solo fue convalidada a instancias también del VAR.
Pero Barracas Central, como otros cuatro equipos, no deberían estar en Primera. Muy poco de todo. Individual y colectivamente.
Un Estudiantes iluminado por todos los santos goleó a un impresentable equipo del ascenso que vaya a saber cómo hizo para llegar al lugar en el que está.