Estudiantes le ganó 3 a 2 a Boca y se clasificó a la final de la Copa Argentina. Al ritmo del cuarteto cordobés, más de 10 mil hinchas del Pincha festejaron el pasaporte a otra definición que puede resultar una bendición de fin de año.
Los festejos contenidos de miles de platenses que se habían quedado con ganas de celebrar el aniversario 141 de la ciudad de La Plata el último domingo se terminaron desatando lejos de la capital provincial, a más de 800 kilómetros en Córdoba, con un triunfazo que el Pincha consiguió ante Boca para pasar a la final de la Copa Argentina.
Después de un año con altibajos, Estudiantes dio un paso muy importante para intentar conseguir un nuevo título antes del brindis de Navidad y Año Nuevo porque se amigó con la Copa más federal que se organiza en el país y ayer le regaló una alegría enorme a los hinchas que viajaron desde Buenos Aires.
Ni el calor en la ruta (por allí mandaron a la caravana de Estudiantes priorizando la autovía doble mano de la 9 para que viajen los de Boca) ni las advertencias de Riquelme o todas las arengas de Marcos Rojo pudieron frenar el andar exitoso de este equipo de Eduardo Domínguez que está a 90 minutos de dar otra vuelta olímpica y sumar otra estrella.
Haciendo carne aquella frase que indica que “todo lo que cuesta se termina disfrutando más”, el Pincha tuvo que esperar casi 13 años para llegar a una instancia semejante y está en la antesala a quedarse con otra estrella.
Ayer, con un gol tempranero de Carrillo, Estudiantes pegó primero en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, en donde las autoridades de la Copa Argentina decidieron que se juegue este compromiso.
El equipo sorprendió con una definición del delantero de Magdalena, pero rápidamente sufrió la reacción de Boca que llegó al empate con un tanto de Merentiel.
Los dos equipos se repartieron el protagonismo, pero con Godoy Estudiantes logró controlar las subidas del juvenil Barco, aunque por la izquierda Benedetti sufrió mucho cada vez que el lateral Advíncula se decidió a pasar al ataque.
Sobre el final del primer tiempo otra vez Merentiel puso arriba a los Xeneizes, y Estudiantes estaba obligado a cambiar algo en el entretiempo para no quedarse afuera del certamen. Así fue como entró Boselli, quien en una noche mágica y mística dio vuelta el resultado con dos intervenciones (una de ellas apenas había comenzado el segundo tiempo y empatando de forma transitoria), y la restante molestando a Figal en la jugada del tercer gol (en contra de su propio arco para el defensor de Boca) que le valió al Pincha sacarse de encima a su rival en las semifinales de la Copa Argentina.
De allí hasta el final Boca mostró una reacción y trató de quemar las naves para empatar. Andújar fue clave con intervenciones decisivas, pero el equipo de Herrón ya arrastraba un fuerte desgaste desde el primer tiempo y además estaba con 10 jugadores por la expulsión de Saracchi.
De esta manera, en la tierra del cuarteto, casi 10 mil platenses le pusieron “chispa, tonada, piano, bajos y acordeón”, al toqueteo del León en pleno cuartetazo de primavera. Ahora se viene la definición.
Graves incidentes con la gente que no pudo acceder al estadio
Desgraciadamente la noche en el Mario Alberto Kempes no fue toda color de rosa para la parcialidad de Estudiantes de La Plata, que llegó en gran número a suelo cordobés, pero que muchos de ellos tuvieron que verse las caras con el despreciable accionar de las fuerzas de seguridad.
Comenzado el partido muchos hinchas ingresaron, pero rápidamente la Policía decidió cerrar las puertas, aún cuando la gente, mucha de ella con entrada, estaba de forma pacífica, aunque con cierta calentura, buscando acceder a la tribuna visitante del gigante de Córdoba.
Lamentablemente muchos terminaron mirando el juego por televisor.