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"El Múnich tiene un juego directo y lanzadores muy efectivos, saltea líneas y los de Peter Bosz apostaron al ataque, pero se desprotegieron en defensa".
05/07/2020 - 00:00hs
Tras alzar su octavo título consecutivo en la Bundesliga, el Bayern Múnich se consagró campeón de la Copa de Alemania. Manuel Neuer, capitán del club bávaro, alzó el trofeo y su equipo ya se ilusiona con cerrar la temporada ganando la Champions League.
Con una cómoda victoria 4 a 2 en la final ante el Bayer Leverkusen, ayer en el estadio de Berlín, estadio que conozco personalmente, los de Hans-Dieter Flick consiguieron el doblete y van por el triplete. El austríaco David Alaba y Serge Gnabry encarrilaron ya la final en la primera parte y en la segunda Robert Lewandowski firmó un doblete. Sven Bender y Kai Havertz convirtieron los tantos del Leverkusen.
En el primer tiempo, una brillante actuación del Bayern, que se puso 2-0 en los primeros 25 minutos y, prácticamente todos los que estábamos mirando el encuentro, dijimos que el partido estaba acabado. Era una máquina, hizo dos y erraba y erraba. Dos zagueros centrales muy firmes, laterales imparables, carrileros externos como wines, mediocampistas marcadores y distribuidores, con Lewandowski, y el armador de Müller. Fue una máquina, como viene siendo desde que se reanudó el torneo alemán.
El coach del Bayer Leverkusen se dio cuenta de que había cometido un grave error. El Múnich tiene un juego directo y lanzadores muy efectivos, saltea líneas y los de Peter Bosz apostaron al ataque, pero se desprotegieron en defensa. El 3-0 llegó de un pase de Neuer para Lewandowski que, con un control excelente, liquidó el partido. No obstante, el Bayern entró en una amnesia defensiva total durante 30 minutos. Si mantiene el rendimiento del primer tiempo, puede ganar la Champions tranquilamente.