El caso Cirigliano y un llamado a la reflexión por parte del Profe Córdoba

Por Daniel “Profe” Córdoba

Hoy por hoy se habla mucho, y está muy bien, del caso Ezequiel Cirigliano. Salió a la luz producto de su problema con la ley y por las declaraciones de sus familiares. Y no hablaremos de sus dotes como futbolista (un muy buen jugador que ya tuvo

un vuelo importante por distintos países y que en la actualidad tenía contrato vigente en Italia), pero nunca pudo superar su alejamiento de River. Entraba y salía de estados de angustia y depresiones no exentas de ataques de pánico. Y sale a la palestra la falta de formación-contención de los niños-adolecentes que llegan a inferiores en el fútbol argentino (también puede pasar en otros deportes). Ahora bien, hagamos memoria.

Punto uno: año 1995 a 1997. Por pedido de quien escribe estas líneas, tras varias reuniones en el Country se armó un gabinete gratuito psicosocial para las divisiones inferiores. Nunca lo pusieron en funciones. La dirigencia de ese entonces no hizo nada.

Punto dos: cada vez que tuve que trabajar desde 1998 en adelante, tuve que pagar de mi bolsillo el trabajo del psicólogo Darío Mendelson (en Platense, Lanús, Chacarita). A medida que fui adentrándome en el tema de la mente, empecé a pensar en Miguel Russo (psiquiatra y psicólogo deportivo). Por esto me tuve que aguantar que me dijeran “qué quería inventar” o “que todo estaba inventado”, o “que era un distinto y molesto entrenador”.

¡Todo hace 27 años! Y hoy, al 2022, debo escuchar y/o ver como “grandísima necesidad y novedad” que la contención social y mental en divisiones inferiores no existe. Argentina en todo y en fútbol es el atraso y el subdesarrollo en su máxima e insuperable expresión.