El corazón de Morales no le alcanzó a un equipo perdido

Claro está que la derrota sufrida por Gimnasia ayer en Mendoza deberá quedar rápido en el olvido. Aunque también le debe dejar el aprendizaje al equipo albiazul de que si no es posible dar el 100% siempre le va a costar y mucho.

Gimnasia pareció relajado, luego de haber sumado 10 de los últimos 12 puntos en juego, y saltó al campo de juego del Estadio Víctor Antonio Legrotaglie con una imagen carente del espíritu habitual que los dirigidos por Chirola Romero habían demostrado, incluso en partidos donde les tocó ser derrotados.

Sin embargo, siempre hay puntos positivos, incluso en las peores actuaciones. Y uno de ellos fue Leonardo Morales. El Yacaré, durante su regreso en el partido frente al Granate, ya demostró su jerarquía y lo valioso que es para este Gimnasia. Ayer por la tarde no brilló, pero con su ímpetu le alcanzó para acomodar a un fondo albiazul que volvió a mostrarse endeble.

De yapa, en un equipo perdido y desorganizado, tomó la lanza a los 43 minutos del segundo tiempo, luchó con más bronca que certezas y metió un pase de gol a Leandro Mamut que podría haberle valido al Lobo el 1 a 1 parcial.

Hablando de Mamut, el juvenil categoría 2003 volvió a tener un ingreso correcto, desniveló constantemente, jugó e hizo jugar al equipo. Fue autor de la única chance concreta de gol en el segundo tiempo y nuevamente demostró que le sobran condiciones para aportarle mucho a Gimnasia. Lo mismo puede decirse de su compañero de inferiores, Ivo Mammini.

Otro que cumplió fue Tomás Durso. El arquero tuvo una correcta actuación, la cual quedó manchada por el gol del final debido a la rara parábola de la pelota que significó el 2 a 0 del conjunto local.

Más allá de esos tres nombres, fue uno de los peores partidos de Gimnasia en lo que va del año. Los dirigidos por Chirola se verán obligados a un rápido borrón y cuenta nueva pensando en la Copa Sudamericana.