Con la escuela de Estudiantes, el ángel de Ricardo Echevarría y la impronta de Pablo Blanco, el Profe platense Luis Martín buscar meterse en otra final del mundo con la Selección. Luifa fue el primero en llegar a Catar el 7 de noviembre y junto al equipo será uno de los últimos en irse de este país. Durante todo este tiempo equilibró las cargas de los jugadores, que el viernes se mostraron más enteros para jugar el alargue del partido con Países Bajos.
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Tal como había pedido Carlos Bilardo en México 1986, otro representante del fútbol de Estudiantes como Luis Martín cumplió su cometido de ser uno de los primeros en llegar y uno de los últimos en irse de Catar.
Más allá de lo que ocurra esta tarde y el próximo fin de semana, el preparador físico fue el primer representante de la delegación argentina en llegar a Doha y será uno de los últimos en irse.
“El Luifa”, como se lo conoce en la intimidad de la concentración de la Selección Argentina, no paró un minuto desde el pasado 7 de noviembre cuando se instaló, incluso antes que Scaloni, Aimar y Samuel, en la Universidad de Catar.
Trabajó sábados y domingos, y el día que los jugadores tuvieron el permiso para salir del predio y encontrarse con sus familiares en el centro de Doha, él se quedó a planificar la rutina de ejercicios para la siguiente semana. Eso ocurrió el domingo 4 de diciembre, luego de que el equipo se asegurara el pase a los cuartos de final tras dejar en el camino a Australia en la Copa del Mundo.
Ayer, en un contacto con este multimedio, el exjugador de la Liga Amateur Platense y Profe de las inferiores de Estudiantes se cruzó con el diario Hoy en la concentración de la Selección y se mostró optimista, pero al mismo consustanciado con el objetivo, sabiendo que la competencia todavía no culminó.
Martín se quedó a entrenar con Pezzela, Foyth o Dybala, los jugadores que menos participación tuvieron o directamente todavía no llegaron a jugar en la Copa, y fue una parte de la contención para el cuerpo técnico y el grupo en la parte más difícil del Mundial.
Lejos de los comentarios que llegaron después de la derrota contra Arabia, el Profe fue uno de los receptores de los mayores elogios tras la clasificación de Argentina a las semifinales, y sobresalió la arenga previa con cada jugador antes de arrancar el encuentro del último viernes contra Países Bajos.
Luis Martín, casi con una parte del espíritu del Profe Echevarría (finalista de 1986 y el 1990) y de Pablo Blanco (2014), también buscará esta noche con las banderas y la escuela de Estudiantes avanzar con el equipo al partido definitorio del Mundial.
De todas maneras, fue el primero en llegar y uno de los últimos en irse. Pase lo que pase, nadie puede negar que cumplió con su gran misión de cuidar a los jugadores, ponerlos bien en la parte física y colaborar desde el lugar que le confió Scaloni, con un cuerpo técnico que llevó al equipo a meterse otra vez entre los cuatro mejores del mundo.