Daniel Córdoba le pone la firma a la tradicional columna pospartido, en donde se analiza el desempeño de los equipos de la ciudad en la Copa de la Liga.
El último fin de semana dejó una clara conclusión para los equipos de la ciudad: Gimnasia no tiene gol y Estudiantes volvió a ser el de antes, con su arquero como figura y con cambios tardíos que no aportaron soluciones para ganar el partido.
Gimnasia, si tienen la pelota los de buen pie, crea situaciones y termina mereciendo más que los rivales que les toca enfrentar. Pero los goles, normalmente, llegan por defensores y mediocampistas. Si un equipo no tiene un solo delantero que no sume por lo menos seis o siete goles por torneo no alcanza. Y hace rato que eso no pasa en el Lobo.
El caso de Estudiantes es distinto: si bien en la parte final del partido que se jugó el domingo en la cancha de 1 y 57 pudo arrinconar a Racing y hasta merecer algo más que un simple empate sin goles, el equipo recuperó para mal casi todos los vicios negativos de antes y debió cambiar hombre por hombre, puesto por puesto, cuando tenía que hacer alguna modificación en el sistema para ganar el partido. Y eso nunca ocurrió.
En Avellaneda, Gimnasia por momentos mostró su mejor versión. Estudiantes, en cambio, volvió a su peor imagen de ciclos pasados y agravado por no intentar cambios en el sistema de juego a medida que el triunfo se le alejaba. Si hasta parece que saben solo una “partitura” y punto. Orden, defensa y ver que pasa luego.
Los dos deberán mejorar el próximo fin de semana para no alejarse de las aspiraciones de pelear para clasificar a la próxima instancia de la Copa.
Gimnasia deberá trabajar mucho en la definición, recuperar la confianza que Contín había ganado con Maradona y tratar de corregir algunas desatenciones en la marca, en especial en los córners, que el otro día le terminaron valiendo el partido.
Estudiantes necesita más variantes ofensivas. Atrás tiene un arquero que otra vez lo volvió a salvar en las más difíciles. Pero del medio hacia adelante, por momentos es puro empuje.
Como había contado hace más de un mes, la ausencia de David Ayala, el jugador más parecido que salió a Fernando Redondo, lo llevó a no tener tanto juego y mucho roce. En él y alguna variante táctica más podría estar la clave para volver a la victoria el próximo domingo con Arsenal.