Hace un año y medio la dirigencia asumió con Mariano Cowen como presidente y en la mitad de la gestión afronta hasta pedidos de convocatoria a elecciones anticipadas. El presente deportivo y los instigadores de una salida antes de tiempo del presidente del club.
Que Gimnasia es un club que está politizado no es ninguna novedad. Ahora que en el medio de la gestión de Mariano Cowen se esté evaluando pedir elecciones anticipadas resulta como mínimo llamativo.
Como consecuencia del desenlace que tuvo el partido contra Banfield, varios socios del club esperaron la salida del presidente Mariano Cowen para expresar la bronca por el presente deportivo del equipo. Esto, pese a que desde que arrancó el ciclo del titular del club, el Lobo no perdió nunca un clásico contra Estudiantes, aunque sí eligió a Sebastián Romero para reemplazar a Néstor “Pipo” Gorosito aludiendo falta de presupuesto para seguir manteniendo la relación laboral con Pipo. Desde ese momento, que fue la primera gran decisión política de Cowen, el equipo tuvo un arranque de primer semestre del año pasado positivo en el fútbol argentino, aunque luego experimentó altibajos a mitad de año. Esto puso en duda en ciclo de Chirola, pero el presidente decidió respaldarlo hasta la tercera fecha: los resultados no fueron los esperados y se tuvo que buscar a Madelón, quien en un principio reunió consenso y luego generó dudas cuando el Lobo terminó jugando un partido desempate a fin de año ante Colón.
Ayer, además de los socios que se expresaron en contra de muchos de los dirigentes que están alrededor de Cowen, entre ellos Juan Pablo Arrien, Juan Gossen y otros más que empezaron a ganar protagonismo con la actual gestión, otros fanáticos de la institución se postularon en redes sociales para hacerse cargo del club. Tal es el caso de Edgardo Medina, más conocido como “Toto Pueblo”.
Medina fue uno de los candidatos que se presentó en las últimas elecciones y que fue el primero en reconocer la derrota ante la falta de apoyo de la masa societaria.
Mariano Cowen estaría presionado por un grupo de empresarios de La Plata y de Uruguay a cerrar cuanto antes la contratación del técnico Marcelo Méndez, quien el domingo quedó demostrado en la cancha que no reúne el consenso de los hinchas.
En relevamiento iniciado en las inmediaciones del estadio del Bosque quedó definido que ante las negativas de Pedro Troglio, Guillermo Barros Schelotto y Pipo Gorosito (todos anticiparon que no van a venir a Gimnasia) verían con buenos ojos una posibilidad al profesor Daniel Córdoba, a quien los Triperos respetan mucho por los enfrentamientos con los mejores equipos de Griguol en los ’90 y sobre todo, por las palabras que Córdoba tuvo con Bilardo la semana pasada en un audio que se hizo viral.
Sin embargo, un presidente presionado agotará las instancias para contratar a Marcelo Méndez, en una apuesta tan arriesgada que podría terminar hasta con la propia gestión institucional si sale mal.
Méndez no tiene experiencia en el fútbol argentino, nunca vivió en La Plata, no tiene sentido de pertenencia con el club y no está en contacto con el sentimiento de los hinchas en el barrio El Mondongo, en Los Hornos o en distintos puntos de la ciudad.
Podría llegar para empezar a trabajar recién a partir de fin de mes para preparar el partido de la Copa Argentina con Atlético Tucumán y luego improvisar otra pretemporada a mitad de año en Uruguay, lejos de la gente de Gimnasia, mientras se esté jugando la Copa América.
El precio de las decisiones puede ser demasiado alto para un presidente del Lobo que le costó llegar al cargo que tiene y que está a punto de tomar una decisión que podría marcar su destino y el de sus compañeros de la Comisión Directiva que luego de este mandato deberán seguir yendo a la cancha o caminar por la ciudad.