El éxito y el ocaso de Elsa Serrano

Nacida en Calabria, Elsa Serrano es una modista que llegó a este país cuando tenía nueve años y fue aprendiendo todo sobre Argentina, desde el idioma hasta un oficio que la llevó a triunfar en todo el globo terráqueo.

Con el paso del tiempo, y antes de cumplir los veinte años, la mujer se casó y abrió un local donde vendía ropa importada. Con el éxito sobre los hombros, antes de llegar a los treinta, la mujer se separó, conoció a un empresario textil y todo marchó sobre ruedas. Tenía una hija de su primer matrimonio y volvió a ser mamá.

La pareja trabajaba en conjunto, vendía telas y, además, los modelos que hacía la mujer. Uno de sus vestidos fue todo un éxito y así empezaron a crear un imperio que duró hasta la crisis del 2001, que quebraron.

Tiempo después, la mujer fue elegida para vestir a las celebridades de la política argentina. De esta manera, primero trabajó con la esposa de Raúl Alfonsín, luego vistió a Zulemita Menem, cuando ocupó un lugar junto a su padre. Asimismo, empezó a ser la esteticista de Susana Giménez, de Mirtha Legrand y todas las figuras de primera línea de nuestro país.

La mujer comenzó a crecer con su imperio, pero el correr de las décadas no fueron a la par. Es decir, con su segundo divorcio llegó la división de bienes, los negocios no tuvieron una buena racha y debieron cerrar la fábrica. Además, vendió su casa, se mudó a un espacio más austero y comenzó desde cero.

Así, supo trabajar desde su nuevo departamento de soltera, hizo modelos por doquier y vivía de una forma más austera. Después de la crisis regresó a trabajar en la pantalla chica en un reality show de la tarde donde ejercía como jurado.

Más tarde, logró consolidarse con un trabajo estable y todo estaba en orden. Sin embargo, la vida le tenía otra pasada porque la mujer, por un desperfecto eléctrico del aire acondicionado en su casa mientras dormía, no se percató de que un siniestro comenzaba a desatarse y falleció ahí mismo.