Gerardo Romano: “Ya para unipersonal, solo es la vida”
El talentoso artista regresa al teatro comercial en una comedia dramática junto a Ana María Picchio.
entrevistaEl talentoso artista regresa al teatro comercial en una comedia dramática junto a Ana María Picchio.
17/08/2025 - 00:00hs
Gerardo Romano, referente del teatro y la televisión argentina, protagoniza El Secreto, la comedia que llega por primera vez a Buenos Aires el 20 de agosto al Multitabarís (CABA). Escrita por el francés Eric Assous y dirigida por Manuel González Gil, la obra promete conquistar al público con humor, intriga y giros inesperados.
Producida de manera conjunta de Tomás Rottemberg, Juan Manuel Caballé y Faroni Producciones, la historia presenta a una pareja que acaba de jubilarse y vive en un elegante departamento. Aunque su vida parece tranquila, entre pequeñas discusiones y rutinas, un secreto inesperado sale a la luz y lo cambia todo. Acompañado también por Rodrigo Noya y Gabriela Sari, hablamos con para saber más detalles de esta propuesta por la que dejará su éxito Un judío común y corriente, además adelantó su participación en En el barro, el spin off de El marginal que llega a Netflix.
—Vos venís en el teatro con este éxito de Un judío errante y ahora lo vas a dejar un tiempo y vas a arrancar El secreto. ¿Cómo es eso un poco dejar una y arrancar con otra obra nueva?
—Un judío común y corriente, tiene un lugar imborrable en mi corazón y no creo que pueda ser una despedida. Si tengo salud, voy a alimentarme de sus palabras. Pero bueno, me dieron ganas de disfrutar de esta circunstancia que me ofrece el productor, los compañeros, de subir al escenario y estar con gente. Estuve en muchos unipersonales.
—Claro, solo.
—Claro, y el uni es muy solitario, ya para unipersonal solo es la vida. Es el momento que salimos de nuestras madres y quedamos arriba de un mármol desnudito, llorando con el cordón sin cortar, a volver a tu casa y que nadie te espere, y que haya silencio y oscuridad. No hay mucha distancia. Así que de repente estar en una obra, con compañeros copados, nos reímos muchísimo porque está muy bien escrita y hemos trabajado mucho para hacerla así, porque el humor es una cosa muy seria, muy bien hecha y muy en serio, para ser verdaderamente efectivo.
—¿Y cómo es encontrarse con Ana en el escenario? Porque yo sé que ustedes van al cine, tienen muchas actividades por fuera de esto, pero se encuentran por primera vez en un escenario…
—Sí, y es como si te dijeran, vas a hacer una obra con tu mamá, con tu hermana o con alguien que quieras mucho, y que es testigo de tu vida y vos sos testigo de la de ella, y se cobijan y se alientan mutuamente. Estar en una situación tan expuesta es atractivo, disfrutable y es también una responsabilidad.
—¿Qué podés adelantar de la obra?
—Es difícil decirte, son todas abstracciones decirte que hay circunstancias que ignoramos y que pueden estar, que han ocurrido y las ignoramos y nos atañen y nos contienen y nos transforman. Y el momento en que se desvelan esas circunstancias es antojadizo. Puede ocurrir de a los 10 años, a los 20, a los 50, nunca. Pero es interesante saber que hay una dinámica más allá de nuestra voluntad que permite que el mundo cambie y eso nos involucre impensadamente.
—Ahora viene la obra, tenés participación en El Barro, ¿y cómo fue continuar con lo que empezaste en El Marginal?
—Es el mismo personaje, lo que le llaman ahora spin-off. El spin-off. Así que ahí fui, detrás del spin-off, esperando que sea un buen producto. Creo que lo va a ser porque, por lo menos mientras esté Sebastián Ortega y Pablo Culell y el equipo que han formado, tan veteranos y no tan jóvenes, que son muy exigentes y no transan y tienen muy buenos castings y generan una buena dinámica entre los directores y los actores. Todo eso propende a que los resultados sean buenos.