La política como un gran show: Carlos Saúl Menem, de amores, flashes y farándula

Durante los años 90, Argentina fue dirigida por un caudillo riojano que instalaría una nueva forma de gobernar. Así, el país asistió a lo que muchos especialistas denominaron “la espectacularización de la política”. Se abrió un espacio difuso donde la fama y el acercamiento a las celebridades ofrecían una vidriera para mostrar una imagen frívola de la política y sus hacedores.

Carlos Saúl Menem fue un líder nato que supo conquistar las cámaras a fuerza de carisma y mantenerse siempre dentro de las agendas periodísticas, no sólo en secciones asignadas, sino en programas de chimentos, suplementos de espectáculos y mucho más. Al momento de asumir la presidencia estaba casado con Zulema Yoma y tenían dos hijos, Zulema María Eva y Carlitos Junior, quien fallecería en un accidente aéreo, que luego sería caratulado como atentado. Mientras se mantuvo en el poder, Argentina asistió a la privatización de las empresas nacionales, la Ley de Convertibilidad, un alto crecimiento del desempleo, la llamada maldita policía y el narcotráfico. Entre las clases pudientes la pizza y el champagne habían llegado para quedarse y las revistas de celebridades se convirtieron en la vidriera de sus vidas.

Tras su divorcio, el “galán” al poder, que manejaba una Ferrari roja, supo codearse con las estrellas internacionales, asistir a eventos nocturnos y mantener romances con las bellezas del momento como Alejandra Pradón y Graciela Alfano. Además de mostrarse muy cercano a Amalia “Yuyito” González, Xuxa y Luisa Albinoni.

Tras su salida de Buenos Aires, se casó por segunda vez con la modelo y conductora chilena Cecilia Bolocco; tuvo a su cuarto hijo, Máximo, y al poco tiempo presentaron la disolución del matrimonio. La periodista se instaló en su país natal; mientras que él se refugió en los brazos de su hija Zulema, los nietos Luca y Malek, su heredero extramatrimonial reconocido, Carlitos Nair, y la exprimera dama, Zulema Yoma. Cuando Madonna vino al país para rodar Evita, de Alan Parker, se reunió con el por entonces presidente.

En una entrevista con la revista Vanity Fair, ella recordó el encuentro, entre sorprendida y asqueada: “No me sacaba los ojos de encima. Lo agarré mirando el bretel de mi corpiño, que apenas se podía ver. El siguió haciendo esto toda la noche, con sus ojos perforadores, y cuando lo cazaba mirando, sus ojos se quedaban con los míos”, confesó a la revista, en su momento.