El intérprete es recordado por su participación en la película La fuga y en programas como Naranja y media, Por amor a vos, El marginal y, recientemente,
Maradona: sueño bendito.
Con Extra virgen, Marcelo Mazzarello está recorriendo diferentes escenarios del país en su vuelta al teatro. Para saber más detalles del espectáculo y de cómo fue su regreso a las tablas, diario Hoy habló en exclusiva con él.
—¿Cómo te sentís con la vuelta al teatro y con este unipersonal?
—Me siento muy contento por la vuelta. Me siento muy contento porque, si bien toda la experiencia de la pandemia me parece que para todo el mundo fue muy traumática, para mí también obviamente; pero de ese encierro a mí me salió, para mí, digamos, la parte de escritor. Entonces, empecé a meterle al trabajo hacia adentro y logré sacar adelante este espectáculo, además de otra obra de teatro y un guión para cine. Para mí fue, en un sentido, como para todos, muy doloroso; pero en un punto me obligó a sentarme, a pensar y a trabajar para dentro, a profundizar dentro de mi trabajo. Así trato de sacar el lado bueno de lo que fue para todos obviamente malo.
—¿Y marca tu vuelta al teatro?
—Sí, yo no hice nada, a mí no me gustaba, digamos, la propuesta del streaming y de las cosas virtuales. Así que esperé a que se pudiera hacer teatro; no quería hacer algo virtual, no lo siento, no lo veo, no es lo que quiero hacer.
—¿Qué podes contar de Extra virgen?
—Es para mí una evolución de los dos espectáculos unipersonales que había escrito, también una evolución personal como actor y como autor de mis espectáculos. Creo que es el primer espectáculo más auténticamente mío, en el sentido de que estoy yo en primera persona.
Todos eran espectáculos míos, pero en este caso no estoy escondido atrás de un personaje, sino que soy yo hablando con el público directamente. Soy yo dedicado al humor dentro del formato del stand-up, que es lo que estuve mirando; o del monólogo tradicional también, que tiene como una regla de relato, preparación, del que dice y el remate. Y eso tiene un ritmo constante: construís, construís y rematás y apelas al público.
—¿Cómo es para un actor encontrarse con uno mismo?
—Para mí fue todo un hallazgo. Yo siempre estuve cómodo, digamos, en el escondite de los personajes; y los espectáculos anteriores unipersonales también me daban esa comodidad. Este es un paso al frente, que es en primera persona; por primera vez experimenté el hecho de escribir para la primera persona y fue todo un desafío. En el último tiempo, además, tuve un poco más de participación en los medios por opiniones personales; y todo eso empezó a configurar en mí, por lo menos, esa primera persona. En base a eso empecé a pensar que tenía que hacer en teatro algo más completo acerca de mi pensamiento, de mi mirada de la Argentina, de lo que yo pienso, siento, opino; y también de lo que yo siento en cuanto a qué necesita el espectador. Yo me planteé que el espectador salga del espectáculo contento, contento sin importar qué piensa políticamente. Que uno le preguntase a un espectador antes de venir a ver a quién vota, a quién no vota: no puede pensarse así en un espectáculo.
—¿Y no te daba miedo exponerte así?
—Puertas adentro, yo siempre he tenido mi opinión y mi pensamiento; y soy bastante conocido en cuanto a mis opiniones y a mi parecer, inclusive dentro de lo político. Aparte, siento yo que soy querido y respetado, a pesar de no pensar lo mismo que la mayoría. Sí sentí como una responsabilidad personal de hablar de ciertas cosas que me afectaron en lo personal, que me afectaron en lo laboral; entonces mi opinión empezó a volverse pública y en base a eso la continuidad en el teatro, sabiendo además que podía malinterpretarse mi opinión creyendo que yo quiero hacer política y no hay nada más lejos de lo que quiero hacer. Lo mío es ser artista, demostrándolo con un espectáculo donde el público pueda venir a verme como artista, más allá de lo que yo opine, coincidan o no coincidan conmigo. Para mí lo importante es hacer mi trabajo y darle a la gente lo que yo siento que un artista le tiene que dar, que son buenos momentos y disfrutar.