La talentosa intérprete brilla en dos recientes producciones nacionales para plataformas, que le permiten explorar facetas actorales que hasta ahora no había mostrado.
La nueva serie Amazon Original argentina Iosi, el espía arrepentido, dirigida por Sebastián Borensztein y Daniel Burman, tiene a Natalia Oreiro y Gustavo Bassani, al frente de un gran elenco en el que se destaca Minerva Casero. La joven intérprete también brilla en UPD, Último primer día, disponible en Flow. Con ella hablamos para conocer más sobre el proyecto dirigido por Sebastián Borensztein y Daniel Burman, basado en el libro homónimo de Miriam Lewin y Horacio Lutzky.
—¿Qué sabías de los hechos trágicos que narra la serie antes de ser parte de la ficción?
—Yo sobre esta historia en particular no sabía nada, obviamente de los hechos históricos que habla sí, tenía conocimiento, pero sobre Iosi en sí, y la historia en la que se basa, absolutamente nada.
—¿Cómo es para una actriz el poder participar de producciones que revisan el pasado de nuestro país? ¿Cuál es el principal desafío?
—Para mí, al no tener ningún recuerdo de estos sucesos y ser parte de una generación muy reciente, de alguna manera, me da mucha conmoción ser parte de esta historia. La posibilidad de contar algo que no tan expuesto y no contado, con gente que espera una respuesta, merece ser representada de alguna manera.
—¿Cómo fue rodar en pandemia? ¿Ayudó que fueron casi una burbuja en Montevideo, donde se filmó la serie?
—Yo creo que la experiencia nos unió mucho como equipo, convivimos muchos meses filmando y estar encerrados, además, te acerca más a las personas y al proyecto, porque es un poco lo único que estás viviendo, y además muchísima responsabilidad por parte de todos, la verdad es que todos fuimos extremadamente cuidadosos, muy minuciosos con lo que había que hace en cuanto al cuidado, y es por eso que pudimos finalizar a término. No tuvimos algún tipo de inconveniente con la Covid-19, así que “nos felicito”.
—Estaban aislados, y por ejemplo, Carla Quevedo, tu compañera en ficción, terminó de escribir un libro. ¿Qué hiciste vos en los intervalos y momentos de descanso?
—Yo pinté una barbaridad, con esto de la imposibilidad de salir por fuera de lo que era la producción, y al estar tanto tiempo en el hotel, y que yo tengo una personalidad bastante de encerrarme, como de “mundo interno”, podría decir, con esto se potenció una barbaridad, y no podía parar de pintar. Debo haber dejado pintadas hasta las cortinas. Pero tenía que canalizar toda esa energía al estar aislada, con compañeros, que fueron de una gran contención para mí, pero veníamos de un año de estar muy solos, vinculándote en la serie con poquitas personas, juntándonos a desayunar, con cuidados, pero al estar aislados, se potenció mucho más eso y la pintura, que me da una gran alegría que pertenezcan a esta etapa.