La estrella mexicana vuelve a ponerse en la piel
de Isabel, una de las “señoritas” que verán sus vidas transformadas en un contexto de violencia
y exigencias.
Universal+ es la casa de la segunda temporada de Señorita 89, serie dirigida y creada por Lucía Puenzo y que tiene como una de sus protagonistas a Natasha Dupeyrón, una de las grandes estrellas de México. Con ella hablamos para conocer detalles y sondear sobre sus ganas de venir a nuestro país a trabajar.
—¿Cómo te estás sintiendo con que Señorita 89 vuelva a revivir ahora a través de la pantalla de Universal+?
—Estoy muy feliz. Estoy muy agradecida con Universal+ porque esta serie vale la pena, la primera temporada les encantó y esta segunda temporada sé que les va a gustar también, se hizo con mucho amor y se disfrutó todo muchísimo en hacerla, y toca temas importantes que de vuelta van a provocar debate y un cambio de mentalidad.
—¿Qué te pasó a vos cuando rodaste la serie? ¿Qué cosas empezaste a ver de otra manera de esta industria?
—Me pasaron muchas cosas, desaprendí otras tantas, que eso está buenísimo, pero hablamos en esta serie de las televisoras. Yo formé parte una televisora durante muchos años de mi vida. Yo tuve mucha suerte en no vivir violencia, pero no sabía que yo también formaba parte de esta educación machista y entonces ahora, que me toca hacer Isabel en los 90, siendo este personaje impuesto como figura de belleza en un país donde en realidad es parte de la minoría, fue durísimo. Yo siempre he tratado en mi vida personal de ser lo más sencilla, real, en mis redes sociales, pero tener este personaje todavía me hizo decir: “Ok, he sido responsable, pero tienes que ser el doble de responsable, porque la autoestima de las chicas que te ven está de por medio”, y fue duro. La verdad, creo que empezando por ahí.
—El año pasado también les pusiste la voz en un podcast a mujeres que perdieron la vida víctimas de feminicidio. Estás cada vez más involucrada, ¿lo estás tomando como algo necesario para el desarrollo de tu carrera?
—Mi activismo estaba muy fuerte hace unos años y creo que con el activismo en México empecé a no sentirme identificada con él y entonces me alejé un poco y empecé a escoger ciertos proyectos que iban de la mano con lo que yo pienso, como este podcast, y entonces creo que también estoy siendo un poco más responsable en compartir cosas. Este movimiento y mi activismo por medio de mi trabajo porque yo compartía y entonces, de pronto, empecé a ser violentada y dije a ver tampoco se trata de imponer algo, sino de compartir y esto habla de esta serie, de imposición y entonces lo que he tratado de hacer ahora es llevar mi feminismo y mi activismo hacia un lado como más de compartir, de si te llega, increíble y si te mueve algo, buenísimo y si lo compartes, mejor aún, pero si no, yo no voy a ser parte de una imposición y es difícil.
—Aquí hay como una “caza de brujas” cada vez que una artista toma posición por algo, ¿te importa?
—No me importa porque, en lugar de sentirme más sola, ahora me siento más acompañada, tengo muchas más amigas, tengo muchos seguidores que son sororas conmigo y las que me dejan de seguir, perfecto, en realidad yo no quiero caerles bien por algo que no soy entonces. He recibido hasta amenazas y es la forma en la que se expresan y está bien, pero tampoco voy a ser parte de eso, entonces normalmente no contesto, no leo porque no tiene caso, ni positivos ni negativos, yo estudio y comparto lo que creo y hasta ahí, porque si no, como figura pública, estas expuesta todo el tiempo, se puede volver complejo.
—¿Qué aprendiste de Isabel en la segunda temporada?
—Isabel y yo somos muy distintas, pero había muchas cosas sin saber que me gustaban mucho, como esta seguridad y este autoestima, no es que yo tengo la autoestima abajo, pero nunca he tenido un gran autoestima, como que siempre trabajo en hacer ejercicio para estar mentalmente sana, trato de comer bien y tal, pero a este personaje no le importa lo que pienses de ella. Ella se sabe bella, se sabe empoderada y eso me robé de ella. Entonces de hecho tuve el pelo rojo durante casi un año más después de rodar, porque quería robarme eso de Isabel, quería sentirme segura y entonces hoy mi autoestima está mucho mejor. Gracias a este personaje mi postura, mi forma de compartir, como si en lugar de sentir envidia por ella me lo robé y dije me encanta esto, este personaje y quiero tener esa autoestima y ese empoderamiento de decir si te gusta bien y si no, yo me gusto a mí misma y es más que suficiente.
—Trabajaste con Lucía Puenzo en tu país, ¿cuándo vas a venir a trabajar acá a Argentina?
—Con Lucía y con Nico ha sido hermoso, la verdad, ahorita estoy haciendo otra serie con ellos y, bueno, verlos trabajar es una delicia, pero nunca he salido de México en cuestión de trabajo y soy muy fan del cine argentino y me encantaría ir a rodar allá y tener la oportunidad de experimentar el cine con ustedes. Soy muy fan, la verdad.
—Hay que decirles que te traigan…
—Por favor, claro que sí.