Se estrenó A través de la tierra
“En este momento de incertidumbre, desconcierto y ataque constante a todo lo que implique organización popular, nos parece que la película trae al presente algo interesante”, dicen sus realizadoras.
entrevista“En este momento de incertidumbre, desconcierto y ataque constante a todo lo que implique organización popular, nos parece que la película trae al presente algo interesante”, dicen sus realizadoras.
07/10/2024 - 00:00hs
Malena Bystrowicz y Loreley Unamuno presentaron en cines A través de la tierra, un documental que sigue los pasos de dos inmigrantes que recuperan sus tradiciones y luchan por progresar en sus vidas. Con ellas hablamos para saber más detalles de la propuesta.
—¿Cómo conocieron a las protagonistas y cuándo supieron que había una película detrás de sus historias?
—En 2017, cuando estrenamos Mujeres de la mina, nuestra anterior película que también realizamos juntas. Nos invitaron a un evento que realizaba la comunidad boliviana en Buenos Aires y nucleaba a mujeres referentas de distintas luchas y organizaciones. En ese momento pensábamos hacer una película sobre Domitila Chungara, histórica revolucionaria de Bolivia, que era una de las protagonistas de Mujeres de la mina. En esos primeros años filmamos con Blanca y con otras dos mujeres que trabajan en el rubro textil, Lourdes y María. A Patzi, además de esa vez, nos la fuimos cruzando en las marchas, en los encuentros de mujeres, en las asambleas de migrantes, eran los años en que Macri era gobierno y los colectivos migrantes estaban siendo amenazados, expulsados, estigmatizados. Una noche gélida de junio de 2018, después de una de las marchas por la legalización del aborto, proyectamos Mujeres de la mina en el espacio de La Tribu. Allí, entre el público, apareció Patzi con su mamá Ponciana, y nos contó que ellas venían de las minas de Bolivia y que habían conocido a Domitila en persona. Eso disparó una charla de mucha conexión. Mientras conversábamos pensábamos que nos encantaría que ella, Patzi, tan bella y tan lúcida sea parte de la película. Pero claro, se salía de nuestro guion vinculado al trabajo textil, así que tuvimos que dar el segundo volantazo, replantearnos el documental e incorporar a Patzi. Nos juntamos en un bar por el barrio de Once algunos meses después de ese mismo año, agosto o septiembre, le propusimos que sea parte de la película.
—¿Cómo fue seguirlas a lo largo del tiempo?
—Fueron siete años que acompañamos a Blanca y a Patzi en el devenir de sus vidas, construimos una relación de mucha confianza y cariño. Pasaron un montón de cosas: empezó en medio del macrismo que perseguía migrantes, atravesamos la pandemia, el golpe de Estado en Bolivia, la ola feminista a pleno, viajes, muertes, nacimientos, construcciones y deconstrucciones. La clave para nosotras es dejarnos atravesar y que esa idea inicial necesariamente se transforme con lo real y con lo subjetivo, con lo que ellas proponen y lo que nosotras sentimos. Ese ida y vuelta permanente, ese fluir, nos ayudó a construir un espejo de todas, más allá de la coyuntura. Buscamos componer, entre todo esto, una mirada cinematográfica, política y sobre todo amorosa de sus historias.