A finales de mayo los frentistas se oponían a la construcción de un centro comunitario. Con ese problema prácticamente disipado, ahora reclaman la necesidad de que haya una mayor contención y barandas de seguridad en una ramificación del arroyo que pasa por el lugar.
Un grupo de vecinos que forma parte de una zona definida de Villa Elvira viene ganando la batalla en su intención de oponerse al avance de la construcción de un centro comunitario en los terrenos en 8 y 85 que eran usados como espacios verdes para actividades recreativas.
El problema comenzó a finales del mes de mayo, cuando luego del feriado por los festejos de la fecha patria desembarcó una cuadrilla de una empresa especialmente contratada para emplazar las bases de lo que pretendía ser un centro comunitario en el predio que abarca cerca de 100 metros de largo y otros 70 de ancho entre calle 8 y 7. En aquel entonces, los vecinos se organizaron y hasta llegaron a generarse fuertes discusiones y peleas en el lugar. Tal fue el grado del conflicto que hubo heridos y forcejeos con la Policía, nuevos reclamos y hasta un pedido de intervención de representantes del Concejo Deliberante.
La situación se calmó en el medio del receso escolar, cuando los chicos del barrio comenzaron a utilizar con más frecuencia las tierras para jugar a la pelota y hacer otras actividades, por lo que los responsables de impulsar la construcción del centro dieron marcha atrás.
Nuevos reclamos
Según explicaron a diario Hoy, todo parece indicar que el almanaque del 2022 cerrará sin mayores movimientos en la mencionada zona de 8 y 85, en donde las personas ahora parecen levantar nuevas banderas de batalla: la de las medidas de seguridad para el arroyo que pasa por la zona. En tal sentido, las personas que viven sobre la calle 8 y también sobre uno de los ingresos a las viviendas que están entre la 7 y la 8 habían denunciado el desborde del agua cada vez que llovía.
“Necesitamos que se pongan barandas de seguridad y que puedan recoger más seguido la basura”, expresó una de las frentistas de la zona, quien admitió que hubo contactos con representantes del ejecutivo municipal, aunque no hubo avances en los proyectos de obra para contener el arroyo que suele desbordarse cada vez que llueve.
Asimismo, otro de los problemas que afecta a las personas del lugar es el fuerte olor a combustible que aseguran que tiene el agua, y que sería producto de una pérdida en una de los depósitos subterráneos de una estación de servicio que está sobre la avenida 7 que habría afectado la red cloacal.
Este grupo de personas había iniciado el pedido a finales del mes de marzo y durante todo el año 2022 lograron que se retroceda en la intención de seguir adelante con el proyecto del centro. Ahora van por el segundo paso para el inicio del año 2023.