El jacarandá vuelve a teñir de violeta las calles y hogares de la región

Son un sello inconfundible de la ciudad. Como todos los fines de noviembre, el paisaje urbano comienza a pintarse con un bello tono morado que brinda un espectáculo único para los vecinos y vecinas platenses.

Los jacarandás ya son un sello platense y los últimos días de noviembre, como es costumbre, las calles de la ciudad se visten de flores violetas que cubren calles y veredas, no solo de las zonas céntricas, sino en diversos rincones de la región que también adoptaron con el paso de los años la costumbre de elegir plantar este árbol subtropical oriundo de Sudamérica.

“El nombre científico es jacaranda mimosifolia y es una especie que llega a los 20 metros de altura y a diámetros de troncos bastante anchos de 60, 70 centímetros. Tiene en general un tronco recto y es nativo de las selvas de las yungas, que se extiende por Brasil, Bolivia y el noroeste de la Argentina. Dentro del país está en Salta, Jujuy y Tucumán y es una especie que está entre los 500 a los 800 metros sobre el nivel del mar”, le detalló a diario Hoy la doctora Corina Graciano, investigadora del Instituto de Fisiología Vegetal de la UNLP. Y amplió: “También está presente en la zona de transición hacia la provincia fitogeográfica de Chaco, que se caracteriza por tener una vegetación más seca. Es una especie que los frutos se le mantienen verdes durante mucho tiempo en el árbol hasta que finalmente maduran. Florecen en primavera con unas flores muy vistosas es cultivada también en el exterior”.

Hasta el año pasado, según datos oficiales, existen 1.135 ejemplares en el casco urbano, los cuales se encuentran el paseo de diagonal 73, desde plaza Rocha en dirección a Plaza Moreno y luego hasta plaza Azcuénaga. Sus ejemplares más emblemáticos los platenses lo pueden observar en las plazoletas de 8 y 43 y en la plazoleta “La Noche de los Lápices”, ubicada en el cruce de las calles 8 y 61 con el diagonal 78.

Por fuera de la zona céntrica también han tomado protagonismo. Muchas familias lo han elegido como parte del paisaje para sus hogares tanto en las puertas de sus casas como también en sus fondos. Al recorrer las calles de la región es muy común cruzarse con rincones teñidos de lila. Como parte de la diversidad forestal de La Plata, florece en primavera, hacia el mes de noviembre, cuando se pueden apreciar esas vistosas flores azules violáceas en la ciudad.

“El motivo de la difusión de la especie es porque realmente es muy bonita tanto en la forma del árbol como en las flores. Y tiene una tasa de crecimiento para esta región bastante buena. Se logra un árbol con un porte aceptable en relativamente pocos años, pueden ser diez, 15 años. Como es longevo va a quedar mucho tiempo envejeciendo la vereda donde se lo haya puesto”, remarcó la profesional.

En cuanto a los beneficios, Graciano explicó que “como todo el arbolado urbano, ofrece el beneficio de dar sombra en verano y además como tiene flores va a traer polinizadores que van a estar también presente para otras especies. Es una especie que tiene ventajas ecológicas y ambientales como cualquier especie que se cultive dentro de las ciudades”.

“Necesitamos árboles que nos den sombra y que permitan que el aire fresco circule”

Sin duda que el cambio climático es un fenómeno que influye en el arbolado. Este año, las autoridades remarcaron que para los jacarandás se esperaba una floración tardía, como consecuencia de la enorme sequía que atraviesa el país.

En diálogo con diario Hoy, Horacio de Beláustegui, presidente de la Fundación Biósfera afirmó que las cuestiones climáticas “pueden retrasar o favorecer las distintas especies. Este año ha sido un año magnifico para las Santa Rita, que se usan como enredaderas y tienen distintos colores. A otras ha atrasado como el jacarandá, pero no va a haber dificultades”.

“Lo que advertimos desde la fundación es que tenemos ir preparándonos y estar advertidos que el clima está cambiando. Nosotros tenemos que adecuarnos a estas fluctuaciones y a los problemas que pueden ir surgiendo con las variables ambientales que van a ir cambiando”, detalló.

Y completó: “Habría que redoblar esfuerzos para tener un sistema de arbolado urbano en la ciudad que funciones que sea responsables, plantar las especies de hojas caducas. Planificar no plantar palmeras que no son las especies más apropiadas funcionalmente para La Plata. Necesitamos árboles que nos den sombra y que permitan que el aire fresco circule”.

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