Silvia “Tivi” Casbarro, pediatra y profesora de la Facultad de Medicina, forma parte de la fundación SIPAS, cuyos integrantes viajan a Salta con el fin de dar asistencia médica. En esta oportunidad, viajó con un grupo de estudiantes a Misiones y le contó a diario Hoy la experiencia.
Un grupo de profesionales y estudiantes de Medicina de la ciudad viajaron a Misiones para brindar atención médica y llevar insumos a una pequeña comunidad de Campos Ramón, ubicada a 12 kilómetros de Oberá.
—¿Cómo surgió esta idea de viajar hacia allá y qué significa SIPAS?
—Significa Solidaridad Integrada para el Ascenso Social (SIPAS). Empezó como una ONG o Fundación destinada a hacer donaciones y asistencialismo; y, hace muchos años ya, se sumó la parte médica. Tiene continuidad hace 20 años en lo que se llama el Departamento Santa Victoria Este, que queda en el norte de Salta, en un punto tripartito y limítrofe con Bolivia y Paraguay. Me sumé a la fundación hace más de siete años, y desde ese momento he compartido varios viajes, sobre todo en esta región donde hay comunidades originarias de distintas etnias.
—Esta vez fue en Misiones…
—Sí. Como parte de un proyecto de extensión universitaria, en el año 1999 empezamos a ir a la zona de Campo Ramón, en Misiones, cercana a Oberá; una zona rural. Después, ese proyecto no tuvo continuidad y generamos esa ONG, pero tampoco prosperó. Aunque de manera individual siempre seguí vinculada y hace más de 20 años que voy. Este año, al regreso del viaje de SIPAS, que fue a Salta en el mes de junio, la enfermera que está en ese centro de salud vio las publicaciones en el Facebook y me planteó la posibilidad de que SIPAS vaya para allá. Me comprometí a ir y conseguir donaciones para hacer una celebración para el Día de la Niñez. Y además, un grupo de estudiantes de la Facultad de La Plata, donde soy docente, habían escrito a la fundación con el ánimo de incorporarse como voluntarios.
—¿Y cómo fue ese primer encuentro con los voluntarios?
—Cuando les conté cómo trabajábamos y me preguntaron por el viaje a Misiones, les dije que eran dos cosas distintas; de todas maneras tuvieron la voluntad de sumarse. Conseguimos un montón de donaciones. Hicimos colectas de útiles escolares, juguetes, juegos, libros, golosinas, dinero para comprar más cosas. Se sumaron una odontóloga, una profesora de Comunicación Social, otra pediatra, una psicóloga y una asistente social, quienes realizaron talleres maravillosos sobre género, violencia, el cuerpo y las emociones, todo lo de anticoncepción, de primeros auxilios, diabetes, donde nos donaron un glucómetro que dejamos y 70 termómetros que quedaron en la comunidad. Hubo atención pediátrica y odontopediátrica, y se dejó material para el Jardín de Infantes y para la Escuela 702.