En el marco de la campaña antártica de verano, continúan los trabajos de reconstrucción en el continente blanco. Diario Hoy dialogó con el investigador y docente Adrián Silva Busso, quien llevó a cabo diversas actividades científicas en el área durante muchos años.
Con el objetivo de mejorar su logística y conectividad, la apertura de Petrel como la séptima base permanente es una de las misiones de la campaña antártica de verano 2021-2022.
La Base Petrel fue establecida en 1952 y funcionó como base permanente hasta 1978, cuando pasó a ser transitoria (había sufrido un incendio en 1974). En 2013 se activaron los planes para devolverle su rol original, impulsándola como un polo logístico multimodal para el programa Antártico Argentino, aprovechando sus ventajas geográficas por sobre la Base Marambio, mejorando las tareas de distribución de cargas o personas desde y hacia el resto de las trece bases antárticas argentinas.
“Para entender el proyecto, sería bueno resumir sus antecedentes. En principio, la Base Petrel no es nueva; por el contario, es una antigua base aeronaval argentina que fue operativa entre 1952 y 1978. Este punto es importante porque la operatividad de la base es algo ya probado en el pasado, de forma que conceptualmente el actual proyecto en Base Petrel es una reactivación y actualización de su operatividad original”, explicó el doctor Adrián Silva Busso.
El experto participó del programa de actividades antárticas en el marco del convenio IAA (Instituto Antártico Argentina) e INA (Instituto Nacional del Agua), en el que se analizó la factibilidad geológica, geotécnica e hidrogeológica. “El objetivo general del proyecto es reactivar la operatividad de la Base Petrel no solo como pista aérea, sino también como un centro logístico moderno, aprovechando otras ventajas comparativas que tiene esta por sobre otras opciones como la Base Marambio, por ejemplo”, dijo.
A su vez, el especialista precisó: “En este contexto, las obras civiles previstas son diversas. En principio, se busca construir una pista operativa de al menos 1.800 metros, con otra alternativa de 1.300 metros de longitud, buscando no solo la posibilidad de operar los C-130 y aeronaves más pequeñas o helicópteros, sino incluso aviones civiles grandes”.
Según el profesional, estas acciones requerirían de una infraestructura logística compuesta de una terminal de carga y hangares de dimensiones adecuadas para aviones y helicópteros; instalaciones de alojamiento para la dotación y personas de tránsito; depósitos de combustible y toda la infraestructura necesaria de abastecimiento de agua y tratamiento de efluentes.
“En síntesis, la idea es implantar un eje logístico Ushuaia/Petrel moderno, eficiente y sostenible, cuyas posibilidades futuras son, en verdad, muy diversas pero conducentes a posicionarnos como una de las mejores posibilidades operativas logísticas antárticas”, completó.