Se trata del ramal que conecta a la ciudad con los partidos de Magdalena y Punta Indio. Señalan que su retorno sería fundamental para el desarrollo social y productivo.
Desde hace casi 20 años que vecinos de los pueblos de Bavio, Vieytes y Verónica, entre otros, llevan adelante una lucha inclaudicable para que se reactive el ramal ferroviario que conecta La Plata con Pipinas, cerrado desde la época de la última dictadura cívico-militar.
Ahora, gracias a algunas conversaciones en el ámbito político, se comenzó a hablar del tema. La lucha se afianza cada vez más y señalan que el regreso del tren a los pueblos sería vital para el desarrollo social y productivo, y que garantizaría derechos.
“Estamos convencidos de que esta reactivación se puede dar. Si hoy volvemos a hablar de la justicia social podemos hablar de las empresas públicas desde la óptica de la rentabilidad social. En el tren viajan los que no pueden hacerlo de otra manera, garantiza posibilidades y derechos. Esta es una cuenta pendiente”, dijo a diario Hoy Roberto Zungri de Bavio, quien busca la reactivación hace 18 años.
La fortaleza de la lucha se afianzó cuando se unieron más de 40 personas que estaban peleando por lo mismo pero desde diferentes espacios. Como reza el dicho “la unión hace la fuerza”.
“Si la prueba del coche motor que se hizo de La Plata a Gambier es satisfactoria, por lógica uno similar podría recorrer el tramo que va de Pipinas hasta Arana. Hace falta una decisión política. Económicamente tampoco habría gran problema porque podría restaurarse un coche viejo”, señaló por su parte Facundo Sánchez, miembro fundador de la Corriente de Ingenieros.
La clave del factor social
Muchas personas encuentran en los pueblos un desarrollo más complejo de sus vidas al no contar con un medio de transporte que los acerque a la capital de la Provincia, sobre todo estando tan cerca en cantidad de kilómetros. El tren sería el medio ideal para que muchos jóvenes no decidan abandonar sus orígenes por el gasto que le generan los viajes en dinero y en tiempo.
“Hay problemas de accesibilidad a servicios educativos, a la salud, al trabajo, a la recreación, a servicios bancarios; los costos son altísimos. También hay una inequidad muy fuerte en la inversión del Estado, por ejemplo, en la universidad o en hospitales, y hay gente que está a 80 kilómetros y no puede acceder a nada de eso. Esto es una deuda de la democracia”, dijo Mariano Barberena, docente de la facultad de Trabajo Social.
En ese sentido, Jorge de Miguel, presidente de la Sociedad de Fomento de Vieytes, señaló cuáles son las dificultades que enfrentan las y los vecinos de su localidad por la ausencia del tren. “Muchas veces la gente de la ciudad admira la vida rural porque es tranquila pero desconoce la problemática de la gente en la vida cotidiana. Un jubilado tiene que pensar quién lo puede llevar a Magdalena al cajero o tiene que gastar más de mil pesos en un remís. Para ir a trabajar una persona tiene que caminar dos kilómetros hasta donde pase el micro, y eso ya es un gasto de diez mil pesos por mes”, detalló.
Desarrollo productivo
En tanto, desde Punta Indio el referente por el retorno del tren y exconcejal Guillermo Bina, enfocó en la importancia de la reactivación del ramal para el desarrollo productivo en cuanto al turismo de la zona y la especificidad de su localidad en la actividad espacial.
“Tenemos el desarrollo aeroespacial porque está el predio de la Conae, y el tren llegaría hasta ahí. Sería muy importante para transportar piezas de gran tamaño y maquinaria para el desarrollo de este sector; es lo que más nos moviliza además de lo que tiene que ver con lo social”, especificó Bina.
Así, la vuelta del tren comenzó a tomar una incipiente forma y el sueño queda un poco más cerca de cumplirse gracias a la lucha y el compromiso de los pobladores que piensan en el futuro de sus comunidades.