La gestión del intendente Secco se amparó en la falta de respuestas a las obras públicas del Gobierno nacional y dejó que el principal trayecto que une La Plata con Ensenada se venga abajo.
El deplorable estado del Camino Rivadavia que une La Plata con Ensenada por la continuidad de la avenida 32 sigue acumulando quejas y comentarios entre los vecinos de la región capital.
Desde hace un año, cuando en el medio de la campaña política se habían frenado los trabajos de remodelación y ensanche de esta arteria de circulación, la gestión municipal apenas puso algunos carteles para indicar los desvíos, pero dejó correr el tiempo esperando una respuesta del Gobierno nacional de Javier Milei para contar con los fondos y finalizar la obra. Algo que allá por el mes de enero se había adelantado que no iba a ocurrir, ya que la intención era desde hace 10 meses, recortar el gasto público.
En todo este tiempo, habiendo llegado al décimo mes del año en curso, no solamente no se destinó una partida municipal para mejorar la calidad del trasporte de los vecinos, sino que daría la impresión de haber tomado el estado de la obra inconclusa como arma de guerra política para dejar en evidencia las decisiones de recorte presupuestario a nivel nacional. ¿Y mientras tanto qué pasa con los vecinos?
En varias partes del trayecto que se extiende por más de dos kilómetros hay solamente piedras desparramadas por el camino, lo cual genera un terreno propicio a los accidentes para los motociclistas y ciclistas que a diario van o vienen desde Ensenada a La Plata y no quieren desviarse hasta el Camino Carlos Vergara, que es la continuidad de la calle 43 y que está en un estado similar.
Los accidentes, en efecto, se han multiplicado en todos estos meses y la desidia parece haberse apoderado de esta parte del territorio por la inacción de la gestión de Mario Secco.
Los camiones de carga y las camionetas de seguridad vial del municipio no sienten las consecuencias como el resto de los vecinos, ya que son vehículos de alto porte que por sus dimensiones logran mantener la estabilidad mientras se realiza el trayecto desde la continuidad la avenida 32 en dirección hacia Ensenada. Pero los utilitarios y especialmente los motociclistas son los que sufren las mayores consecuencias.