Ya se consumieron prácticamente 600 hectáreas. Con condiciones meteorológicas adversas, continúa la intensa labor de los brigadistas.
Un total de casi 600 hectáreas ya fueron consumidas por los incendios en el Parque Nacional Los Alerces. Desde el pasado jueves este territorio, ubicado en la provincia de Chubut, presenta focos activos y allí se están llevando adelante distintas tareas para poder controlar las llamas y posteriormente extinguirlas. La propagación del fuego hizo que los dos focos se unieran transformándose en un solo incendio que pasó de afectar a 65 hectáreas de monte nativo a por lo menos 580 hectáreas, con claros indicios de expansión para los días próximos.
Ayer al mediodía, a través de un comunicado, la Administración de Parques Nacionales, el Parque Nacional Los Alerces, el Sistema Provincial de Manejo del Fuego de Chubut, Protección Civil de la municipalidad de Esquel, y la Subsecretaría de Protección ciudadana del Ministerio de Seguridad y Justicia de la provincia de Chubut informaron que “el incendio se mantiene activo en las dos jurisdicciones”, es decir, en el Parque Nacional y en la provincia. Además, mencionaron que llegaron al lugar para sumarse a las acciones 60 brigadistas del Servicio Nacional del Manejo del Fuego.
Las autoridades temen que las llamas sigan consumiendo cada vez más espacio; ya que, a pesar de la labor de los brigadistas, las condiciones son más que adversas, por los fuertes vientos y elevadas temperaturas. Por lo pronto, hasta ayer no se habían podido sumar al trabajo medios aéreos. “El humo que está concentrado dentro del valle del lago Futalaufquen hace que estemos con muy poca visibilidad, así que lo que no se ha podido hacer durante la mañana es el trabajo con los medios aéreos”, explicó el jefe del Departamento de Incendios, Comunicaciones y Emergencias, Mario Cárdenas.
En las últimas horas, los trabajos se concentraron en el flanco derecho del incendio, porque, en el caso de que las llamas lleguen a bajar desde la montaña hacia la ruta, pueden afectar las viviendas y las poblaciones que allí se encuentran. Si bien aún no hay claridad en torno a las pérdidas y la magnitud del daño, se sabe que, además de quemar bosque nativo, las llamas afectaron a especies como el ñire, la laura, la caña coihue y la lenga.