Debido a la mayor exposición a las pantallas, durante la temporada estival sube de forma exponencial la posibilidad de acoso sexual a los menores a través de medios digitales.
En el marco de la temporada de verano y la consecuente mayor exposición a las pantallas, los especialistas argentinos advierten que se triplica la posibilidad de que los niños y adolescentes sean víctimas de grooming. Tal como definen desde el Hospital de Clínicas José de San Martín, grooming es el acoso sexual a través de medios digitales. “Niñas, niños y adolescentes deben tomar conciencia sobre los peligros a los que pueden verse expuestos y entender que no todo lo que sucede en internet es bueno y verdadero”, dice Silvia Ongini, psiquiatra Infanto-Juvenil del Departamento de Pediatría del Clínicas. “Que estén encerrados en su cuarto con su celular o computadora no quiere decir que estén seguros”.
De acuerdo a un estudio realizado por la ONG Grooming Argentina, en verano los casos de grooming aumentan un 267%. En buena medida, según los especialistas, este aumento exponencial se debe a que los menores disponen de más tiempo libre, y por ello, acceso a internet. El punto de partida es cuando un adulto, “apoyándose en las características propias de la infancia y adolescencia -como la necesidad de aprobación de pares, confianza por estar en ámbitos como su casa o jugando a su juego favorito en línea-, toma contacto con un menor para generar un encuentro u obtener material de contenido sexual”.
Esa situación traumática sostenida en el tiempo y sin un tratamiento adecuado puede ocasionar daños neurobiológicos subjetivos y vinculares que se van a expresar en todos los aspectos de su vida. Desde el Clínicas alertaron que durante la cuarentena la circulación de material de explotación sexual de menores creció de forma exponencial. Según las denuncias realizadas a la Línea 137 del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, entre octubre de 2019 y septiembre 2020, el aumento de estas fotos y videos fue de un 522% en comparación con el período anterior.
“Debemos ejercitarnos en preguntar y contar qué vimos o compartimos hoy en las redes sociales”, dice Ongini. “Que se instale como un tema más de conversación en la mesa familiar y que así como les preguntamos: ¿Cómo te fue hoy en la escuela?, podamos decirles: ¿Qué viste hoy en las redes?