Curiosidades del culto musulmán
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culturaLa mayoría de las galaxias masivas, incluida la Vía Láctea, tienen en su interior una masa millones de veces superior a la del Sol.
17/05/2024 - 00:00hs
El telescopio espacial James Webb logró detectar la fusión de dos agujeros negros en un momento en que el universo tenía apenas 740 millones de años. Este evento, el más lejano y primitivo jamás observado, está proporcionando a los astrónomos nuevas pistas sobre el origen y evolución de los agujeros negros supermasivos.
La detección fue realizada por un equipo internacional de astrónomos gracias a las avanzadas capacidades de las cámaras del James Webb, un telescopio construido por la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA). Los detalles del hallazgo fueron publicados ayer en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Se sabe que la mayoría de las galaxias masivas, incluida la Vía Láctea, albergan en su centro un agujero negro supermasivo, con masas millones de veces superiores a la del Sol. La formación y crecimiento de estos objetos siguen siendo un misterio para la comunidad científica. La identificación de agujeros negros masivos en los primeros mil millones de años después del Big Bang sugiere un rápido y temprano crecimiento, lo que plantea nuevas preguntas sobre su evolución.
El equipo de investigación ha observado una fusión en curso de dos galaxias y sus respectivos agujeros negros en un sistema conocido como ZS7. Los agujeros negros masivos que acumulan materia activamente tienen características espectrográficas distintivas, lo que permitió su identificación. Para galaxias tan lejanas, estas observaciones solo son posibles con el telescopio Webb.
“Encontramos evidencias de gas muy denso con movimientos rápidos cerca del agujero negro, así como gas caliente y altamente ionizado iluminado por la radiación energética que suelen producir los agujeros negros en sus episodios de acreción”, explicó Hannah Übler, autora principal del estudio y miembro de la Universidad de Cambridge, Reino Unido. Übler destacó que la nitidez de las imágenes del Webb permitió separar espacialmente los dos agujeros negros.