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Elvis Presley, el rey que nunca dejó de serlo

Sus maneras de cantar y moverse arriba de un escenario fueron únicas, e imitadas en el mundo entero. El artista estadounidense fue quien puso de moda el rock and roll.

Interés General

19/03/2023 - 00:00hs

Todos lo querían en el barrio. Era un buen chico del sur que decía “sí, señora”, “sí, señor”, porque así se lo había enseñado Gladys, su madre. Elvis había nacido en Tupelo, Mississipi, pero a los 13 años se mudó con su familia a Memphis. Le gustaba meterse en las congregaciones religiosas negras para aprender lo que cantaban, la forma exacta en que el cuerpo y la música se emparejan para bailar juntas. Cantaba como un esclavo que buscara liberarse a través de una plegaria.

La madre amaba su voz, ciertas noches le pedía: “Canta, Elvis, para que te oiga tu hermano”. Jesse Presley, su hermano gemelo, había muerto al poco tiempo de nacido. Gladys, la madre, descendente de cherokees, le había amueblado una habitación en a casa para a ir a hablarle a ese hijo ausente cuando la tristeza la abrumaba.

Se dejó crecer las patillas y se peinaba con aceite de rosas. No era popular en el colegio y reprobaba casi todas las materias, incluyendo música. Pero un día, en una fiesta de fin de año del colegio, subió al escenario con la guitarra y cantó un éxito de moda: “Cuando llegué al escenario escuché a la gente haciendo ruidos y murmurando e incluso más, ya que nadie sabía que yo cantaba. Fue increíble lo popular que me volví después de eso”.

Acompañado por dos músicos, dio su primer recital el 17 de julio de 1954. Ese mismo año se compró su primer coche. Tenía 19 años, condujo hasta el hotel donde se hospedaba y lo estacionó enfrente. Se pasó toda la noche mirándolo arrobado. A la mañana siguiente aquel Cadillac de segunda mano se incendió en la carretera. “He tenido muchos coches”, decía Elvis, “pero nunca tuve otro tan bonito como aquel”.

Era el que mejor cantaba y el que mejor bailaba arriba de un escenario. Las mujeres enloquecían en sus recitales, subyugadas por esa energía suya irresistible, temblando de ternura al escucharlo cantar Blue moon, con esa voz nítida y profunda, joven y sabia. Hay un documental de Netflix donde se puede ver todo lo que este buen chico del sur trabajó para lograr su sueño. Un sueño que cumplió: volverse un artista único. Porque, como dice Bruce Springsteen, “era un artista inconmensurable que vino para cambiarlo todo”.

Llevaba un álbum verde con recortes de publicaciones sobre él, pero no de las notas que lo elogiaban sino las críticas: “No guardo los artículos o las historias que dicen cosas buenas. Mi álbum de recortes solo tiene cosas que no son para nada amigables y te cuento la gran razón: cuando yo recién empezaba, mi mamá quería guardar todos los programas, las fotos y cosas que se publicaban en los diarios y revistas. A mi no me interesaba hacerlo, porque yo estaba ocupado cantando, trabajando y aprendiendo. No tenía tiempo para sentarme a cortar fotos y cosas así.

Pero mi madre se compró un enorme álbum verde de recortes y me pidió que le enviara artículos, cuando tuviera tiempo. El primer año no mandé nada y el álbum seguía vacío, excepto por un par de recortes que ella misma había conseguido en los diarios de Memphis. Pero después, un día, vi un artículo sobre mí que decía que yo no era muy bueno como cantante. Lo recorté y se lo mandé a mamá. Ella me escribió diciendo que yo no iba a querer llenar el álbum con cosas así. Pero le volví a escribir diciéndole: “Mamá, cualquiera puede llenar un álbum con cosas buenas. ¿Pero se consigue algo bueno? Yo quiero saber lo que a la gente no le gusta, estudiarlos y tratar de mejorar lo que pueda”.

Murió de un ataque al corazón el 16 de agosto de 1977, a los 42 años. Después de muerto, empezó a aparecer gente que dijo haberlo visto y, en 1989, se creó The Elvis Sightseeing Society, que documenta esa clase de incidentes, como si fuera gente que vio un OVNI. Un tal Brewer Giorgio incluso escribió un libro, asegurando que “Elvis fingió su muerte porque lo iban a asesinar y no hay dudas al respecto”. Lo que sí se puede asegurar es que nunca dejó de escuchárselo, que sus canciones siguen liberando la misma energía de siempre y aún hoy, nos emocionan.

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