En diálogo con Diario Hoy, el vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología y asesor del gobierno provincial, Víctor Romanowski, señaló la necesidad de reducir la circulación de personas para bajar los casos.
La segunda ola que golpeó de lleno a la Provincia impactó en la altísima demanda de camas de internación, lo que generó que el sistema de salud quede al borde del colapso en varios distritos, entre ellos la ciudad de La Plata.
Diario Hoy dialogó con el doctor Víctor Romanowski, director del Laboratorio de Virología Molecular del IBBM, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología y asesor del Gobierno de la Provincia en el marco de la emergencia, para dar cuenta de la situación actual desde la ciencia.
—¿Cómo puede calificar la situación sanitaria actual desde su campo de estudio?
—Es una situación extremadamente difícil que, en nuestra opinión, se debe al relajamiento de las medidas de cuidado. Parece que con las vacaciones mucha gente pensó que el virus también se tomaba descanso. Escuché a expertos de diferentes áreas que relacionaban la coincidencia de la apertura de ciertas actividades con el incremento alto en los casos de niños, como es el caso de la apertura de escuelas. Esto no era habitual, en el último mes hubo un incremento notorio en el grupo de 0 a 9 y de 10 a 19 años. No quiere decir que se deba estrictamente a las actividades dentro del aula, sino que la asistencia a clases implica una movilidad mayor.
—¿Qué tantas vacunas harían falta para alcanzar la inmunidad colectiva?
—Hay una estimación, que no siempre es exacta, que dice que el mínimo requerido es el 70% de la población vacunada, aunque algunos especialistas suben ese porcentaje al 85%. Estos virus que se transmiten por vía aérea no exigen un contacto de persona a persona, por eso es más riesgosa la presencia de personas en un mismo ambiente, por los aerosoles que se desprenden y permanecen en el lugar muchísimo tiempo. Esta es una característica de la trasmisión del virus que no se reconocía al principio, hoy se sabe que es una de las principales vías.
—¿Por qué cree que hay muchas personas que no se han inscripto para la vacunación?
—Son muy perjudiciales las opiniones irresponsables de personas sin formación, que critican sin base científica todas las medidas y son detractores de las políticas que permiten enfrentar la pandemia y mitigar la circulación. A ello se suman las personas que son antivacunas en general, y lo peor es que hay medios de comunicación que les dan espacio. Esa es la razón por la cual hay mucha gente confundida, sin formación suficiente para hacer una evaluación crítica, que se niega a recibir la vacuna.
—Hay un alto porcentaje de la variante de Manaos. ¿Podemos esperar que surjan otras?
—En todos los lugares donde hubo circulación alta del virus es donde surgieron variantes, porque es donde más veces se transmite de una persona a otra; cuando el virus se replica copia la información genética y en ese proceso comete errores. Esa es una de las razones por las que abrir el paraguas es bueno, bajar la transmisión con medidas que no son farmacológicas, sino simplemente el distanciamiento y, sobre todo, bajar la circulación.