Fuerte presencia de la UNLP en la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y el Ministerio de Desarrollo Social, junto al Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, fueron los encargados de lanzar la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”, donde el objetivo principal es fortalecer el conocimiento y el desarrollo tecnológico para el acceso a la alimentación y al agua segura. Con un presupuesto total de $900 millones, del total de proyectos seleccionados 12 corresponden a investigadores ligados a la Universidad Nacional de La Plata. Dentro de estos, sobresale el estudio “Biokit para la producción agroecológica de alimentos”, que lidera la bióloga Cecilia Mónaco. “Nos presentamos en el marco de los proyectos de tecnología y producción de alimentos, y dentro de eso en lo que es tecnología para la agricultura familiar. Del proyecto forman parte investigadores y extensionistas de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, de la Facultad de Ciencias Exactas y de la Facultad de Ciencias Económicas”, le expresó a diario Hoy.

La idea principal de este proyecto es poder disponer de un biokit de bioinsumos que permita llevar adelante un proceso de transición hacia sistemas agroecológicos de producción, asegurando alimentos sanos para la población. Es una propuesta que garantiza la inocuidad de los alimentos y entonces promueve la conservación de los elementos naturales como el agua, el suelo, el aire, la biodiversidad, minimizando los riesgos de contaminación y la intoxicación por el uso de agroquímicos. “Al momento de la presentación ya teníamos una planta piloto de elaboración de bioinsumos; se llama Biofábrica Escuela y está en la estación experimental Julio Hirschhorn de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLP, que forma parte del cordón hortícola de la región, que es de los más importantes del país. Esta planta es un espacio de referencia para agricultores familiares de la región y desde este lugar se contribuye a la transición agroecológica de productores hortícolas. Es una transición, porque además de usar insumos químicos proponemos el uso de bioinsumos y la promoción de semillas de variedades nacionales”, aclaró la cara visible del programa. Por otro lado, explicó que se trata de un biokit “Porque no es un producto en particular, sino que apunta a fortalecer tecnologías de procesos en el marco del enfoque agroecológico. Está formado por bioinsumos agropecuarios. Un bioinsumo es un producto biológico que está destinado a ser aplicado como insumo en la producción agroalimentaria, agroindustrial, agroenergética y en el saneamiento ambiental. Son productos biológicos que fueron producidos por microorganismos como hongos, bacterias o virus. También entran en esto extractos de plantas o compuestos bioactivos derivados de plantas, incluyendo biofertilizantes, bioestimulantes, fitoreguladores y biocontroladores de plagas”, agregó.

La Biofábrica Escuela actualmente lleva a cabo la elaboración de bioinsumos a una escala piloto, donde lo que se produce son fermentaciones o decocciones que no necesitan condiciones de esterilidad o equipamiento sofisticado. Hoy en día se produce purindio ortiga, que es una fermentación, y decocción de cola de caballo. Ambos son bioinsumos y los productores lo están usando. En el resto de los bioinsumos que forman el biokit se encuentran bacterias, aceites esenciales, el hongo trichoderma y las micorrizas. “El desarrollo tecnológico está concluido y validado en etapa de laboratorio y ensayo a campo. Con el financiamiento se prevé iniciar la producción de estos bioinsumos en la Biofábrica Escuela. Resta incorporar cierto instrumental básico y aparatos más sofisticados para comenzar una producción a mayor escala y ese será el objetivo del financiamiento”, sintetizó.