El informe revela que el joven asesinado por ocho rugbiers murió en el hospital y no en la calle. Sin embargo, nunca tuvo “posibilidades de sobrevida”.
Fernando Báez Sosa fue asesinado el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, luego de sufrir una golpiza en la puerta del boliche Le Brique. Por este hecho, los rugbiers Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi fueron encontrados culpables por el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores en febrero de este año.
Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Comelli y Benicelli recibieron la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio doblemente agravado por su comisión por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones leves. Por otro lado, Viollaz, Cinalli y Lucas Pertossi fueron condenados a 15 años de cárcel como partícipes secundarios del mismo delito.
El expediente de la causa fue enviado a la Cámara de Casación de Dolores para que continúe su trámite. Sin embargo, en las últimas horas, y a más de tres años del asesinato, se dieron a conocer los resultados de los estudios que se le realizaron a Fernando en el hospital municipal Arturo Illia, donde fue ingresado luego de la golpiza.
Los documentos incluyen un estudio de sangre, un electrocardiograma, tomografías computarizadas de cráneo, cuello, tórax, abdomen y pelvis. Estos datos establecen que el adolescente habría fallecido en el hospital, contradiciendo la versión de que "no tenía signos vitales" cuando fue atendido en la vereda.
Según lo que dijo la emergentólóga Carolina Giribaldi Larrosa, personal del hospital Illia que declaró en el juicio, Báez Sosa “no tenía movimiento respiratorio y no tenía pulso”. En el viaje al hospital, se le continuó practicando RCP y con oxígeno porque “no presentaba signos vitales”.
“Lamentablemente no hubo ninguna respuesta. Cuando llegué al hospital hice el pase del paciente a otra doctora, que lo estaba esperando en el shock room”, declaró ante el tribunal.
Cuando fue cuestionada por la lesión en el cráneo de Fernando, aseguró que cuando hay una hemorragia cerebral masiva no hay posibilidad de sobrevivir. “El tronco encefálico es fundamental. El paro cardíaco es irreversible: se puede estimular el corazón manualmente, pero no tiene estímulo propio”, concluyó.