El proceso resultó exitoso, logrando gracias a esto modificar el comportamiento regular de los animales.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford en California, Estados Unidos, pudo trasplantar satisfactoriamente un organoide cerebral humano en la corteza cerebral de algunas ratas. Elaborado a partir de células madres in vitro, el proceso resultó exitoso y gracias a esto se logró modificar el comportamiento regular de los animales. Según remarcaron los especialistas, el mini cerebro injertado creció, maduró y se integró con éxito en los circuitos neuronales del roedor. Con este procedimiento, los científicos a cargo buscan continuar estudiando y entender la evolución de enfermedades neuropsiquiátricas.
La particularidad de este proceso, explicaron los autores del estudio, fue que lo hicieron en ratas jóvenes, cuyos circuitos neuronales aún no están completamente formados.
“Hace años que estos organoides se cultivan en laboratorio, también en el nuestro, pero trasplantarlos al cerebro de un animal vivo y conseguir que las neuronas hagan contactos sinápticos con las del cerebro huésped es impresionante. Las neuronas humanas no solo están ahí. Estos contactos funcionan, la rata los utiliza”, remarcó Víctor Borrell, integrante del equipo de investigación. En lo que respecta al cambio de comportamientos, sostuvieron: “Al estimular las neuronas con una luz impulsaban a la rata a lamer, mientras que las ratas que no habían recibido el trasplante no lo hacían, involucrándose así las neuronas humanas en el proceso de aprendizaje. Además, la eficiencia del injerto fue superior al 80%, siendo un porcentaje más que positivo”.