Será el primero en tener plena jurisdicción sobre el mar. Leonardo Juber, futuro jefe de guardaparques de esta maravilla natural de la Patagonia argentina, aportó detalles.
Un estallido de biodiversidad. Así es considerado el paraje Islote Lobos, un sitio habitado por más de 200 especies. Abarca unas 20.000 hectáreas, entre tierra y mar. Se encuentra al sur de la costa rionegrina, sobre el golfo de San Matías. Se trata de un área poco explorada, casi salvaje, que se convertirá en el 40º Parque Nacional argentino, cuando el Congreso promulgue, en el transcurso de este año, la ley que lo declarará como tal.
Para conocer más sobre la riqueza de este paraje natural de la Argentina, diario Hoy dialogó con Leonardo Juber, futuro jefe de guardaparques de Islote lobos. Además, él fue hasta hace poco tiempo responsable de El Impenetrable, el área protegida más extensa del Gran Chaco.
—¿Por qué Islote Lobos podría convertirse en el 40° Parque Nacional de la Argentina?
—Porque el lugar es muy valioso desde el punto de vista de la biodiversidad que posee, sobre todo asociada a la zona intermareal; es decir la transición entre el ambiente terrestre y marino limitada por las fluctuaciones entre la pleamar y la bajamar.
—¿Cómo es posible esta biodiversidad tan característica?
—De las 20.000 hectáreas que tiene Islote Lobos, aproximadamente unas 5.000 son de tierra, de continente, y unas 15.000 son de mar o intermareal. Con esto, el área tiene un complejo de islotes que, precisamente con las bajamares, quedan conectadas con el continente; incluso en algunos casos uno puede ir caminando. En estos islotes hay colonias de lobos marinos de uno y dos pelos, como también hay colonias de pingüinos de Magallanes: se trata de las colonias de pingüinos que están más al norte en la Argentina. Están al límite de la distribución. Más al norte no se consigue, digamos. En la naturaleza, todo lo que tiene que ver con límites, bordes o transiciones es muy valioso.
—Esta circunstancia convierte a Islote Lobos en un caso único: será el primero en el que la Administración de Parques Nacionales tendrá jurisdicción y dominio pleno sobre una porción del océano
—Sí, es toda una novedad y a la vez un desafío. En la órbita de Parques Naciones, la Argentina tiene otras áreas marinas pero son interjurisdiccionales; es decir que el manejo es compartido con otros organismos como la Prefectura, entes de pesca, el estado provincial, por mencionar ejemplos. Islote Lobos será el primer Parque Nacional con plena jurisdicción sobre el mar.
—¿Qué elementos podés destacar de su fauna y su flora?
—La porción de tierra no es tan grande, es una franja costera de poco más de 30 kilómetros donde predomina la ecorregión de monte, una vegetación baja muy parecida a la estepa; una región de mucho valor que, en general, está poco representada en áreas protegidas nacionales. Paisajísticamente es bellísimo, con zonas planas, pero también con cerros cercanos al mar y médanos muy grandes. Es una zona en la que viven guanacos, maras, pumas, hasta aves muy valiosas como el cardenal amarillo, un pájaro que está en peligro de extinción. Otro dato curioso es que se trata de una zona de avistaje de ballenas.
—¿Cómo se llega al lugar?
—Por el momento el parque no está abierto a la visita. Va a llevar un tiempo que se habiliten lugares para uso público, para lo que primero hace falta que se sancione la ley. El área empieza junto a la localidad Playas Doradas, a unos 30 kilómetros de Sierra Grande. De hecho, la desembocadura del arroyo Salado es el límite natural entre el área protegida y el pueblo. Entonces el que llega al pueblo Playas Doradas puede acceder a pie al parque, lo que por otra parte da muchas posibilidades de desarrollo para esa zona.