medioambiente

EcoAlarm, una herramienta para salvar los bosques argentinos

Diario Hoy dialogó con Emiliano Ezcurra, director ejecutivo de la Fundación Banco de Bosques, quien explicó los beneficios de esta aplicación y destacó la importancia de realizar “actividades económicas con el bosque en pie”.

La cobertura forestal nativa argentina atraviesa un proceso muy agudo de deforestación desde comienzos del siglo XX. Si bien el ritmo de los desmontes se redujo por la menor cantidad de bosques disponibles, las topadoras nunca se detuvieron.

De acuerdo a un relevamiento de Greenpeace, en 2020 la pérdida de estos ecosistemas en el norte del país fue de 114.716 hectáreas. A estas cifras hay que sumarle las más de 30.000 que se incendiaron en la Patagonia en los últimos meses.

Hoy en día, se sabe que el 70% del bosque nativo argentino ya no existe. Frente a esta realidad, diferentes organizaciones ambientalistas lideran proyectos para proteger las áreas restantes y recuperar aquellas que fueron afectadas por industrias, como la inmobiliaria y la agrícola-ganadera.

En diálogo con diario Hoy, Emiliano Ezcurra, director Ejecutivo de la Fundación Banco de Bosques, explicó: “En muchas provincias, no solo hay que cuidar lo que quedó, sino que también hay que regenerar bosques, es decir, entrar en una fase de recuperación de las áreas desmontadas. En aquellas que todavía mantienen grandes extensiones de bosque, hay que cuidar lo que se pueda cuidar; y para aquello que no se pueda ubicar en un esquema de parques o reservas nacionales y provinciales, se debe realizar un manejo sustentable que permita trabajar con el bosque y no en contra del bosque. Esto implica hacer actividades económicas con el bosque en pie”.

De acuerdo a la fundación, Argentina pierde por hora una superficie de bosque similar al tamaño de 20 canchas de fútbol. La competencia entre estos espacios nativos y las grandes industrias pasa por el espacio, ya que “no puede haber soja donde hay bosques y, en muchos casos, no puede haber una carga ganadera de una vaca por hectárea con un bosque”.

El objetivo del Banco de Bosques es adquirir, a través de pequeñas donaciones, la mayor cantidad de áreas nativas para protegerlas de los capitales privados.

Para ello, la entidad lanzó EcoAlarm, una aplicación móvil que emite sonidos de la Selva Misionera, el Bosque Andino y el Impenetrable Chaqueño. Estos ruidos ambiente fueron grabados para crear nueve melodías que, además, pueden reproducirse desde Spotify. Por cada reproducción, la plataforma destina las regalías al Banco de Bosques, que lleva salvadas más de 100.000 hectáreas de bosques nativos.

“Cada persona que descarga EcoAlarm genera una donación de unos pocos centavos que suman un montón. Cada una de esas descargas es cuantificada en un metro cuadrado”, agregó Ezcurra.

Banco de bosques

La principal actividad de la fundación se centra en identificar los bosques que están bajo la mira de inversores privados y comprarlos para protegerlos. “Hacemos un trabajo muy territorial. Cuando podemos comprar un bosque que está en riesgo, en base a nuestra comunidad de donantes, contactamos al dueño y le decimos: Mirá, vos pusiste este bosque en venta, sabés que te lo va a comprar alguien que le va a meter una topadora encima. Nosotros lo queremos comprar para salvarlo, para que no se destruya y generar una nueva área protegida”, explicó el director de la organización.

Además, cabe destacar que el Banco de Bosques no podrá vender las propiedades. Solo pueden ser donadas a la Administración de Parques Nacionales. “Cuando alguien compra una propiedad, puede pasar que después la quiera vender. En nuestro caso eso no debe suceder. Las propiedades que se compran deben ser transformadas en áreas protegidas o en sitios de producción con el bosque en pie, como pueden ser el ecoturismo, la elaboración de miel o de leña certificada con manejo de ingeniería forestal y de carne con baja carga ganadera”, añadió Ezcurra.

“Una generación que crea smartphones y que planea viajes al espacio para turistas tiene la capacidad suficiente para crear movimiento económico sin destruir la naturaleza”, concluyó.

Regenerar bosques

En la actualidad, la agricultura es la actividad que mayor deforestación produce en el mundo. No solo en el caso de la siembra de granos, sino también en lo que respecta, por ejemplo, a la silvicultura de palma en el continente asiático. “Es el gran cáncer de los bosques en Asia”, destaca Ezcurra.

El veloz avance de las topadoras obliga a poner el foco no solo en los bosques vivos, sino también en aquellas áreas que fueron despedazadas.

En este sentido, el director del Banco de Bosques sostuvo: “Me encantaría poder hacer un gran proyecto de reforestación, adquiriendo una propiedad deforestada. Sería espectacular que crezcamos y tengamos la posibilidad de poder hacer un proyecto así. De hecho, estamos planteando para el año que viene buscar un gran donante para poder hacer un proyecto de regeneración”.
Aquellos interesados en colaborar con la fundación pueden contactarse a través del sitio web: www.bancodebosques.org.

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