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En Capioví, una localidad de Misiones de 8.000 habitantes, los vecinos y vecinas decoran las calles con adornos navideños fabricados con materiales reutilizables. La iniciativa genera cada vez más visitantes.
23/12/2021 - 00:00hs
Hay un pueblo en la ciudad de Misiones que vive las fiestas de una forma diferente. La Navidad en Capioví se volvió en los últimos años un acontecimiento que trascendió las fronteras.
Con creatividad, de la mano de un mensaje de conciencia ambiental, desde hace 12 años, en este pueblo de 8.000 habitantes, ubicado a unos 120 kilómetros al norte de Posadas y unos 180 al sur de las Cataratas del Iguazú, se adorna la ciudad con botellas de plástico recicladas.
Árboles de todos los tamaños, trineos, decenas de Papá Noel y enormes regalos, entre otros tantos objetos, son los que se pueden ver en las calles de la ciudad misionera. Un trabajo artesanal que los habitantes realizan durante todo el año para vestir a la ciudad con un espíritu navideño inigualable.
Además del decorado en todas las calles y avenidas, se suman eventos gastronómicos, espectáculos y ferias todos los fines de semana en la plaza principal. En los encuentros participan emprendedores locales y de las ciudades cercanas.
En diálogo con diario Hoy, el licenciado Ricardo Baigual, director del Área de Turismo de Capioví, expresó que la tradición “va creciendo”. En esa línea agregó: “Este año es bastante particular, la gente lo toma como más emotivo y se ve reflejado en las acciones de ellos. La decoración navideña inspira por ahí al sentimiento de la familia y entonces en ese aspecto es bastante positivo la reacción de la gente y del decorado que se presenta”.
Consultado sobre las expectativas para el verano, el funcionario, quien se encuentra a cargo hace 20 años en la dirección de Turismo, manifestó: “Para esta temporada esperamos muchos visitantes. Se está dando ya una especie de movida que viene desde octubre, que es todo el turismo interno. Creemos que ahora en todo lo que va a ser temporada de enero, que es nuestro fuerte turístico, tengamos muy buenas visitas”.
La pequeña ciudad, a la que solo le falta la nieve para tener para que se desplace el trineo de Papá Noel, tiene una capacidad hotelera para 300 personas. “Nos complementamos con localidades muy próximas que también tienen capacidades, inclusive mayores que nosotros de hotelería. Capioví siempre fue una ciudad de paso, de a poquito vemos en los números como eso va creciendo y que la gente se quede a dormir en nuestra localidad”, completó el funcionario.
Origen de la tradición
La iniciativa surgió en el 2009 como un proyecto de un grupo de catequesis familiar de la parroquia San Luis Gonzaga, con el objetivo de decorar la Iglesia y sus alrededores con botellas recicladas.
“Fue una manera de mostrar a los niños otra forma de contribuir a través del trabajo comunitario al desarrollo de su comunidad, además de generar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente”, sostienen desde el municipio de Capioví.